Evaluando a la presa

82 8 18
                                    

Miércoles III.

Que rico. —me muerdo el labio.

—¿Te gusta? —arquea una ceja.

—Me encanta. —sonrío.

Juanpa voltea a ver.

—¡Ocúltate! —le bajo la cabeza a Nicolás.

—Recuerdame el por qué de estar aquí. —se sienta en el suelo.

—Eres buena persona...Además prometí ayudarte con Melissa.

Consejo #235:
Siempre que quieras algo, da algo a cambio. Que esté dentro de tus posibilidades... O no. Igual siempre se olvidan.

—Ella me inspira a ayudarte. —se levanta del suelo.

Las clases terminaron, no he comido, no he ido al baño, he pasado horas y horas investigando y siguiendo a Juanpa. Hasta que al fin, esas investigaciones dan frutos.

Aquí estoy, frente a su casa, oculta en unos arbustos mientras como las hojas del arbusto.

—¿Qué haces? —Nicolás me mira comer las hojas.

—¡Tengo hambre! —sigo comiendo— No tuve tiempo de traer provisiones.

Rebusca en su mochila y me da un depósito.

—¿Y esto? —abro los ojos con emoción — ¡¿Es comida?! —le quito el depósito y lo abro.

Decepción.

Los sueños se derrumban.

¿Sabes de esas veces en las que te golpeas el dedo pequeño del pie?... Esto es peor que eso.

—¿Qué es esto? —hago mala cara.

—Ensalada. Duuugh. —Me golpea la cabeza suavemente.

—¿Ensalada? ¡¿Ensalada?! ¡¿ENSALADA?! —me enojo— ¡¿Y crees que comiendo hojas voy a llenarme?! ¡¿Eh?! ¡Eso no merece llamarse comida!. Nicolás, me estas ofendiendo.

—¡Pero te estabas comiendo las hojas del arbusto! Que es casi lo mismo.

—No. No es lo mismo. —bien, no tengo argumento.

Consejo: #394:
Si no tienes ningún argumento para seguir, cambia de tema.

Un momento, Nicolás. ¿Por qué rayos llevas ensalada en tu mochila?.

Exito.

—Por que... Si. A veces me da hambre.

—¿Y comes hojas para calmar tu hambre? ¿Eh?.

—Tu lo estabas...

—¡Eso es diferente! ¡No tenía nada que comer! — me acerco a él — Pero tu si tienes la opción de empacar comida de verdad. —vuelvo a mi lugar— ¡Pero no! ¡Guardas monte! ¡Monte que puedo encontrar en cualquier lugar! En lugar de pizza o por lo menos un trozo de pastel.

—Agradece que comparto con tigo.

—Ensaldita. Ensaladas a mi. —me cruzo de brazos.

Se escucha el motor de un auto.

Manual de supervivencia: Crush. •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora