El Tono Azul De Esa Luz

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Aigle tenía que continuar, su armadura cada vez se tornaba más pesada, pero no se iba a detener hasta volver a ver a su amada, la luz apareció de nuevo, enfrente suyo, cada vez se ponia mas azul, Aigle siguió esa luz, muy confiado de que lo guiaría a el siguiente templo, el cansancio recorría su cuerpo, pero los recuerdos que él tenía con ella le ayudaban a seguir su camino, él no pensaba detenerse, en ese momento escuchó una voz del cielo -En este punto, si no te das la vuelta, no te podrás arrepentir -Aigle sin pensarlo dos veces dijo gritando -¡No me pienso detener hasta encontrarla, hasta revivir esos momentos que disfrute con ella, no me voy a detener hasta volver a ver su cuerpo con vida y a mi lado otra vez!- entonces Aigle siguió su camino, cada vez más decidido de derrotarlos a todos.

Aigle no pensaba parar en ningún momento, sin importar el cansancio, ni los peligros e adversidades que estuviesen en su camino, de tanto caminar se alejo de todo lugar habitado, pero cuando se sentía solo, esa hermosa luz azul alumbraba su camino, él se dañaba a sí mismo, continuaba y continuaba, no se detenía, su cuerpo cada vez se cansaba más, de pronto una flecha rozó su pierna, se dio la vuelta para confrontar al posible enemigo y vio más de veinte hombres, que se camuflaban con el entorno, en un bosque muy sombrío y lleno de árboles no tan altos, los enfrentó esquivando todas las flechas, pero con un poco de dificultad por el corte que le habían dado en el brazo, en un momento quedo solo un enemigo, Aigle lo miro, al enemigo le brotó de la boca algo que parecía sangre, pero muy oscura, Aigle sentía un peso cada vez más grande en el, y cuando pensaba en su amada para continuar, le dolia el corazon, despues de tanta caminata, encontró el tercer templo, no dudo en entrar, y ahora si, la cosa se puso fea, Aigle grito -!Los voy a matar a todos y cada uno¡- entro rapido, y vio como algo apareció de la nada, era más grande que Aigle, esa cosa media como dos metros, y tenía una armadura de un color rojo carmesí, Aigle lo arremete con su espada, pero esa cosa lo esquiva, le da un golpe a Aigle, y lo manda a volar bastante lejos, Aigle sintió como sus huesos crujieron y lo invadió un fuerte dolor en todo el cuerpo, sin darle importancia, se levantó del piso, agarro su espada que estaba al lado suyo, la levantó hacia el cielo, y corrió en dirección a ese monstruo, el monstruo le intento dar un golpe, pero Aigle muy ágilmente le rebano la mano, al monstruo le brotó sangre oscura, sangre negra, que curó las heridas de Aigle, en ese momento, AIgle vio como la luz se hacía cada vez más azul y hermosa, entonces sin dudarlo, le cortó la cabeza al monstruo, y continuó su camino.

Ya se le hizo costumbre seguir esa luz, y se dio cuenta que mientras más mataba, más le gustaba seguirla, pero sentía cada vez un peso mayor en su cuerpo, mientras caminaba siguiendo esa luz, Aigle se encontró con un valle congelado, lleno de nieve, pero su armadura no le permitía sentir el feroz frío, una tormenta de nieve lo azotó con fuerza, y le dio dificultades para seguir la luz, de pronto, Aigle vio al gigante, al encapuchado, y al monstruo, pero solo en un parpadeo, después de eso desaparecieron, Aigle desesperado dice gritando -!¿Que me significa esto¡?- y entonces la tormenta de nieve cesó, entonces Aigle pudo seguir mejor a la luz, a esa hermosa luz azul, camino y camino, él no pensaba parar bajo ninguna circunstancia, el cuerpo le dolía, pero él seguía, llegó un punto en el que le dejo de doler, Aigle ya no sentia nada, solo sentía la necesidad de seguir esa luz, se dio cuenta de que no había comido hace varios días, entonces agarro una manzana bastante aplastada que encontró en el piso, y la comió, era lo único que había en el lugar, en ese momento Aigle sintió un leve olor a pólvora en el aire, mientras más seguía la luz, más sentía ese olor, en un momento llegó al siguiente templo, entró rápidamente, pero no encontró a nadie, de golpe sintió una explosión que lo mandó lejos, muy herido se levantó con su espada empuñada, vio una sombra oscura, de su mismo tamaño, Aigle no dudo en atacarla, pero su espada no le hacía daño alguno, Aigle sintió una explosión que lo mandó al piso, esa sombra le piso el pecho con fuerza, y mantuvo su pie ahí mientras decía -Me sorprende que desperdicien así un corazón de cristal- la sombra desapareció, y el templo también, como si nunca hubieran estado ahí, Aigle se levantó rápido, y vio la luz a la lejanía, empezó a correr hacia ella, no paraba de correr, el cansancio no pasaba por su cuerpo, seguia y seguia, pero el sentía que nunca alcanzaba a la luz azul, de pronto y sin previo aviso un dolor inmenso recorre su cuerpo dejándolo sin conocimiento en el piso.                                                                           

La Hermosa Luz AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora