primeros dias de una pesadilla

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Narra _____.
"Las palabras mienten, las palabras destruyen, las palabras matan a los que amas, las palabras son poder de tu ser".

Aquella pesadilla siempre es molesta, no deja que duerma bien, salí de los dormitorios del sol y me dirigí hacia los de la luna ya que por una extraña razón siento que me llama, escuche unos gritos y fui a investigar; cuando llegue estaban las chicas de costumbre tomando fotos y es tan molesto, me dirigí a ellas.
— Chicas ¡cállense!, mencione un poco molesta.
En eso ellas se levantaron y volvieron a gritar de emoción, ya que ahí estaba los chicos de la clase nocturna, ellas se acercaron, pero descubrieron el pequeño secreto de la clase nocturna.
¡Vampiros! Exclamo una de las chicas.
Huele muy bien Yuki, menciono el rubio.
— ¡Déjalas Aido!, Yuki grito.
Yuki estaba en manos de aquel chico y yo hice algo torpe que cambiaría mi vida por siempre, salí de mi escondite e intente salvar a Yuki, mis esfuerzos de que la soltara fueron en vano, mientras la castaña decía que me mantuviera alejada, no hice caso alguno pero en forma inconsciente dije, —las palabras mienten, las palabras matan, las palabras, te dejaran en el olvi..., mientas decía esto, Aido empezaba a llorar como un niño empezaba a retroceder como si le tuviera miedo a algo, como si un dolor de agonía estuviera en él, pero antes de acabar esas palabras sentí una mano en mi boca que la cubría y al segundo todo era oscuro.

Narra Kaname

Me informaron de lo que estaba sucediendo e inmediatamente fui al lugar, aquella chica de uniforme negro recitaba unas palabras, yo sabía que significaba, el despertar de una sangre pura, sabía lo que le estaba sucediendo a Aido, entonces la detuve dejándola inconsciente.
A Aido lo golpee para que saliera de aquel trance de las palabras de la chica.
Mientras que a los alumnos culpables de esto, kain y los demás castigue, ya me encargaría de Aido y a Zero que amenazaba con la Bloody rose, le comente que bajara el arma, él se calmó y yo ordene que le borraran la memoria a las chicas de lo acontecido.
Mientras tanto aquella chica la cargue y la lleve a mi habitación.
— ¿Dónde estoy? Pregunto ella con voz de cansancio.
Estas en una de las habitaciones de la clase nocturna.
— ¡Tú!, también eres un vampiro, dijo muy directamente, yo respondí que sí, no podía negar si ella recordaba, lo menor que podía hacer era contestarle honestamente.



Permíteme envejecer a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora