El Hermano De Mi Amiga •Jos Canela•

• Capítulo 34 •

• Narra ____ •

Después de pensar en Jos, decidí ir al baño y lavarme la cara para quitar todos los rastros de lágrimas que tenía, respiraba lentamente y espere a que mis ojos volvieran a su color normal ya que estaba rojos e hinchados.

Salí del baño, tomé mi celular y vi que tenía un mensaje, creí que era de Alonso, pero me equivoque.

“Oye ____, ¿nos podemos ver?.
Si tu respuesta es sí, que estoy seguro de que será esa, te espero en el 'Starbucks' de la plaza.
+Jos”.

Por alguna razón, sonreí al ver quien lo mandaba. ¿Por qué no lo perdonas?> No quiero volver a sufrir. Uy sí, como casi te asesinas cuando lo terminaste> Tal vez no, pero ya no quiero, ya no puedo. Okay, pero luego te arrepentirás>.

Salí de mi casa para dirigirme a la plaza en donde se encontraba Jos.

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Llegué a la plaza, a lo lejos vi a Jos sentado en una banca, decidí acercarme y sentarme a su lado.

Jos: Sabía que ibas a venir —dijo sin despegar la vista de si celular.

____: ¿Cómo supiste que era yo? —alzó su mirada que inmediatamente se conecto con la mía.

Jos: Por tu aroma —mis mejillas se ruborizaron al saber que aún recordaba mi aroma—. Ven vamos al café —se paró de la banca, acto seguido por mí.

• Narra Jos •

Llegamos a la cafetería, ____ se veía hermosa, hace que cualquiera de pierda en su mirada.

____: Y, ¿qué quieres decirme? —preguntó mientras esperábamos nuestras bebidas.

Jos: Uno, que te ves hermosa como siempre —sus mejillas se pusieron de color rojo—, dos, que me vale un carajo que tengas novio, y tres, dime que me quieres —inmediatamente nuestras se conectaron, sabía que mediante sus ojos que la respuesta era sí.

____: Sí Jos, te quiero —dio un suspiro antes de hablar—. Pero ya no te amo —sentí que mi corazón se hacia pedazos y mis ojos se llenaban de agua.

Jos: Ok, solo quiero que sepas que yo te sigo amando, y nunca te dejaré de amar —le di un beso en la mejilla y salí corriendo de aquel lugar.

Caminaba por las solidas calles, mis mejillas estaban húmedas a consecuencia de las lágrimas.

Ahora más que nunca, necesito olvidarla.