No le iba a abrir. No estaba emocionalmente preparado ahora para abrirle. Ni mucho menos dejaría que me viera con los ojos rojos. Con indicios de que había llorado.

No.

Pero lo que mi cabeza pensaba era diferente a lo que mi corazón de verdad sentía. Quería abrirle la puerta, exigirle respuestas y perdonarla. Y finalmente besarla y quedarnos todo el día abrazados, sin ir a clases y sin preocuparnos por nada.

Pero no podía hacer eso. Simplemente porque mi cerebro mandaba más que mi corazón en este momento. Y se me hacía imposible hacer eso.

‘’El orgullo’’ pensé.

~~

Cuando noté como anochecía por la ventana de mi habitación me decidí a abrir la puerta y salir. Había permanecido todo el día allí dentro, encerrado.

Había seguido escuchando a Irene suplicarme que abriera la puerta hasta aproximadamente las siete de la tarde.

Después, se había escuchado silencio.

No había escuchado nada más, y lo agradecí, ya que estar sentado detrás de una puerta escuchando a tu novia llorar no era muy agradable.

Abrí la puerta despacio, pero lo que me encontré al otro lado me dejó parado. Sin poder mover ni un dedo.

Seguía ahí, no se había ido. Sentada en el suelo con la cabeza sobre sus rodillas. Sus brazos cruzados y el pelo revuelto. La miré unos segundos, dándome cuenta de que estaba dormida.

Se me hizo un nudo en el estómago, y se me pasaron millones de pensamientos por la mente.

‘’Mírala, por tu culpa está ahí, pasando frío e incómoda. Y tu ni siquiera le has abierto la puerta’’

‘’Se lo merece’’

‘’Métete dentro y vuelve a cerrar la puerta’’

‘’Ni se te ocurra, despiértala y pídele que te cuente todo’’

‘’Vamos, bésala. Lo estás deseando’’

Me paso las manos por el pelo, serenándome. Ella seguía ahí, dormida. Recostada sobre su cuerpo, en el pasillo. Frío y oscuro. Apenas iluminado por un par de bombillas al final de éste.

Su pequeño cuerpo pasando frío, sus manos heladas.

Suspiro finalmente, dándome por vencido.

Me acerco a ella, y me siento a su lado, mirándola de reojo. Se veía tan preciosa durmiendo que se me hacía imposible despertarla.

Pero no hizo falta que lo hiciera, ya que ella se sobresaltó de repente, mirándome con los ojos abiertos. Pude notar como su pecho subía y bajaba a gran velocidad. Y apreté la mandíbula, dirigiendo la mirada hacia la pared que teníamos enfrente.

-Explícamelo. –Susurré, agachando la mirada- voy a escucharte.

Vi como ella también bajaba la mirada, cogiendo aire y tragando saliva. Esto era tan difícil para ella como para mí.

La escuché atentamente, sin omitir ningún detalle. Su voz quebrada disminuía y aumentaba de tono cada vez que me explicaba algo. Cuando intentaba hablar con normalidad cogía aire, que segundos después expulsaba para no ahogarse y ponerse más nerviosa de lo que estaba.

No la interrumpí.

Siguió explicándome, y entonces pude darme cuenta de que me estaba contando la verdad.

La impotencia me inundó el pecho mientras me explicaba lo que había ocurrido en uno de los despachos mientras yo dormía. Yo sabía que le había pasado algo. 

Pero que un hombre la hubiera forzado a hacer algo que ella no quería no era una de las hipótesis que me rondaban la mente en ese momento.

Noté mi barbilla temblar, y mis dientes chocando unos con los otros cuando acabó de hablar. Apoyé mi cabeza sobre mis manos. Y mis brazos sobre mis rodillas.

No podía creerme nada.

Escuché las convulsiones de Irene a mi lado. Pero estaba tan sumido en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta de que empezaba a llorar.

Ella lloraba mientras yo la escuchaba, aguantando mis ganas también de desahogarme. Pero uno de los dos tenía que mostrarse fuerte en ese momento. No podíamos empezar a llorar como críos.

Me dije a mi mismo que ya había sido bastante cabrón dejándola sola en un pasillo durante aproximadamente ocho horas. Así que giré mi cuerpo levemente, colocando mi mano sobre su cuello, y acercándola a mí para abrazarla.

Sentí sus convulsiones debajo de mí, y sus pequeñas manos agarrándome fuertemente por la espalda. Estaba temblando.

Coloqué mi barbilla sobre su hombro, respirando con dificultad.

-Nunca me habían dicho que querer a alguien dolía tanto. –Murmuró sobre mi cuello, llorando de nuevo-

Me emocioné con esas palabras. La amaba. La quería. No podía explicar todo lo que sentía por ella porque si lo hiciera no acabaría nunca.

Era capaz de perdonarle todo.

Y me dije a mi mismo, que esa capa de metal que había estado formando durante años en mi corazón era sólo una tontería. Una estúpida tontería para mantener a alguien que amaba lejos de mí.

Apreté más mi mano sobre su pelo, estrechándola entre mis brazos.

-El dolor es el alimento esencial del amor; cualquier amor que no se haya nutrido de un poco de dolor puro, muere. –Finalicé, citando una frase que ella muy bien conocía- 

---

Vale, he de confesar que he llorado escribiendo esto. Hoy estoy muy sensible y aunque es un capítulo corto me he metido de lleno en el personaje de Brave y fua, mejor me voy a llorar a una esquina. 

Vale, se me hace imposible separarles, he de reconocerlo. ¿Y quién lo haría? Sería de ser muy mala persona y os haría sufrir tanto a vosotras como a mi. 

Definitivamente, quiero un Brave Adams en mi vida y sé que vosotras también.  

En fin, dejando de lado las ñoñerías he de deciros que no sabéis lo agradecida que estoy por todos los votos y comentarios. Hace apenas un mes llegábamos a los 90 votos y ahora pasan de 300. Y vuestros comentarios me dan ánimos para plantarme delante del ordenador aunque me encuentre mal. De verdad, muchísimas gracias. 

Repito, Andrea hoy está sensible. 

Nada más, espero que me dejéis un comentario y que estos dos capítulos que he hecho seguidos os hayan gustado. 

¡Mil besos! 

-Andrea. 

Pd: ¿No os suena de algo la última frase que ha dicho Brave? ;) 

[He vuelto a subir este capítulo. Se han borrado todos los comentarios y los votos que me habíais dejado (y eran importantes para mi en este capítulo) pero bueno, da igual. Lo tenéis de vuelta. Wattpad me ha jodido un poco estos días, me tendrá manía o algo xd.

Para las que no lo habéis podido leer aún ya está publicado y para las que ya lo habíais leído pues igualmente muchas gracias por los comentarios que me habíais dejado. Siento todo esto, me ha sentado realmente mal, la verdad.

Nos vemos en el próximo capítulo.]

Brave [1T]Where stories live. Discover now