El inicio de lo extraño - Un encuentro sorprendente

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Capitulo 2

Un encuentro sorprendente

Al amanecer había llegado mas pronto de lo que en realidad había imaginado, mi mente no me dejo descansar en lo absoluto, mis pensamientos confundidos sobre lo ocurrido el día anterior habían causado estragos en mi sueño. Solamente podía pensar en las cosas que podrían pasar al volver  a casa, había llegado el punto de pensar que lo mejor era no regresar, prefería vivir en un mundo donde iniciaría de cero a regresar  mi hogar y recibir el castigo de mis padres; realmente no estaba preparada para lo que ocurriría al cruzar las puertas de mi hogar. Un golpe suave a las puertas de la habitación en la que estaba rompieron con mi concentración, levantándome poco a poco de la cama.

-Adelante, Mayia... ¿cierto eres tu?-. Respondí aun pensando en lo que ella había mencionado la noche anterior, lo cual también había contribuido en mi insomnio.

Sonriendo abrió lentamente la puerta asomándose, con los ojos cerrados y su sonrisa que ya se me estaba haciendo realmente común verla.

-Sera mejor que te pongas de pie, te preparare el baño para que puedas darte un merecido baño y salgas conmigo, es extraño que en estos días venga el mercado ambulante-. Su sonrisa por un momento se torno sincera, mientras habría sus extraños ojos y los fijaba en mí.

-¿Mercado... ambulante?-.  Me pregunte suavemente tratando de imaginar como seria un mercado de esa manera en un lugar tan solitario como la comunidad en la que estaba. Mientras Mayia cerraba la puerta de la habitación llegaron a mis oído el bullicio de las calles, escuchaba las personas hablar en voz alta. Decidí ponerme de pie lo más rápido que pude abriendo una de las pequeñas ventanas, quede completamente admirada al ver el cambio que sucedía afuera, era inimaginable lo que ocurría.

Las calles extrañamente estaban llenas de personas de todas las características, mujeres, ancianos, hombres, niños. Habían mercaderes por todos lados, extendían sus mercancías llenas de colores, olores; mis sentidos estaban extasiados por lo que ocurría fuera, no pude evitar dejar escapar una sonrisa amplia. Quería estar allá fuera.

Salí con toda la rapidez que mis piernas me permitían, buscaba con desesperación a la joven anfitriona de esa hermosa casa, hasta que por fin pude dar con ella.

-¿Eh?... ¿Donde queda la ducha?-. Pregunte afanosamente mientras la veía preparar lo que se suponía que seria el desayuno. Extrañamente eran cosas que jamás habían visto en toda mi vida, Hongos de colores, huevos de formas extrañas... o al menos eso era lo que yo pensaba que era. –Señorita Mayia ¿Qué son todas esas cosas?-. Pregunte realmente extrañada de los ingredientes que tenia en las manos. Ella decidió solamente mirarme y reírse de mi ignorancia, en silencio me señalo el lugar donde se suponía que estaba la "Ducha". Me dispuse ha obedecerle, siguiendo la guía que ella me había dado.

Al ingresar a la habitación la cual Mayia me había indicado, mi asombro no se hizo esperar; Realmente parecía haber salido de un cuento de hadas. Sus dimensiones eran más colosales que la misma casa en la que estaba, no podía evitar sacar la cabeza para revisar las características de la casa, me preguntaba como un lugar tan enorme cabía en una casa que por fuera se veía como una casita de caja.  Su color era completamente blanco con detalles en dorado, al final de la habitación se encontraba una enorme bañera de color blanco con baños en dorado y plata, su diseño era exquisito delicadamente tallado en ella hermosas flores en forma de lirios los cuales su dorada apariencia daban la impresión que cualquier momento podrían moverse.  Las decoraciones del lugar daban la impresión de estar en medio de un bosque encantado pero sin los colores típicos de estos. Obligándome a caminar, daba pasos lentamente mientras detallaba el lugar, era impresionante estar en ese baño, simplemente no parecía serlo. Lentamente decidí desnudarme para meterme en la tina de agua tibia, mis suspiros se retumbaban suavemente por todo el lugar. Me sentía tranquila, las preocupaciones habían desaparecido por un segundo. Mi cuerpo cansado de tanto estrés decidió darse por vencido ante tan relajante lugar, mis ojos también cansados por tantos cambios, estrés e impresiones; poco a poco comenzaron a cerrarse, el debilidad y el agotamiento hicieron que mi cuerpo desfalleciera y quedara completamente dormida al borde de la tina.

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