2: Viejos tiempos

326 25 10
                                    

Narra Anna

Me está encantando todo esto. Después de la comida, donde me lo pasé estupendamente, fuimos con los guionistas y los directores que nos iban a explicar un poco más sobre el programa y, entre explicación y explicación, ahora ya son las 18:45.

Estamos los 7 en el camerino de Ana, ya que es el más grande. Miki y Cristina se están haciendo tantas fotos como si les dependiera la vida en ello. Quique, Sara y Frank están manteniendo una conversación de la cual yo dejé de prestar atención.

-Oye Anna... ¿Nos vamos luego a cenar por ahí? Y así nos contamos cosas... Que 4 años dan para largo... -me propone Ana. Levanto una ceja y hago un "sí" con la cabeza. Ella asiente y se nos unen a la conversación Sara y Cristina.

-¡Tengo unas ganas de que llegue el 8 de noviembre! -grita Sara, emocionada.

-¿Por? -le pregunta Ana, con una cara de confusión total.

-Para que empiece el programa, ¿vosotras no tenéis ganas? -contesta Sara. Cris, Ana y yo nos miramos y nos reímos- ¿Qué pasa?

-No empieza el 8, sino el 18, Sarita mía -le corrige Cristina, entre risas- El 8 es el cumpleaños de Ana.

-¿Quién cumple años el 8? -se une Frank.

-Yo.

-¡El cumple de la Morgade! ¡Habrá que hacer alguna fiesta! -dice Miki poniendo su brazo encima de los hombros de Ana, en señal de cariño.

-Bueno chicos, yo me voy ya, que tengo a los niños solos en casa -comenta Frank.

-Ahora que lo dices, yo no tengo nada que hacer, pero no quiero estar más con vosotros -comenta Cristina- ¡Os amo!

-Graciosilla... Por cierto, ¿cuando tenemos que volver a plató? -dice Sara, antes de irse.

-El 1 de noviembre, para acabar de prepararlo todo -le contesta Frank, a lo que todos asentimos, mientras se van despidiendo.

Poco a poco todos se van yendo, y ahora solo quedamos Ana y yo. Son las 19:30 y nos miramos confundidas, porque es muy pronto.

-¿Te hacen unas cervezas? -comenta.

-Vamos.

Narra Ana

Anna vino en el AVE, así que no le queda más remedio de venirse conmigo en la moto, cosa que sé más de sobra que le tiene pánico. Le doy un casco y me mira desconcertada.

-¿No podemos ir en bus? ¡Mañana te acompaño aquí a buscar la moto! -se excusa Anna, pero yo niego con la cabeza. Yo creo que es un miedo que ya debería superar. Se pone el casco indignada mientras yo me subo a la moto.

-¿Te vas a quedar empanada mucho tiempo? Tengo hambre -me quejo. Ella niega con la cabeza y se sube, se agarra a mi cintura como si no hubiera un mañana y nos encaminamos al bar donde nos vimos por primera vez.

* * *

-Y pensar que aquí nos conocimos... Y ya hace 4 años... Como pasa el tiempo... -recuerda Anna, poniendo cara de situación, mientras le da un sorbo a su cerveza.

-Madre mía... Cómo está -susurro para mis adentros. Anna me mira pero vuelve a darle un sorbo a la cerveza.

-Y bueno, cuéntame, ¿qué tal te ha ido? -comenta ella, mirándome fijamente y pestañeando muchas veces, sin perder esa sonrisa pícara que tiene- Ya sabes a lo que me refiero.

Yo niego con la cabeza. No he tenido pareja seria desde hace mucho tiempo. Algún rollo pues sí, de estos que estás borracha y en la discoteca te entra alguno, pero nada más. Anna entiende mi gesto y no me saca el tema.

-¿Y tú qué tal? -le pregunto ahora a ella.

-Pues... Si te digo la verdad... Osea... Bien... Pero ya luego... Bastante mal... -noto que se le van a caer las lágrimas, se levanta rápidamente y se va al baño corriendo. Lo único que se me ocurre hacer es ir tras ella y me encamino hacia el baño. Entro y solo hay dos lavabos, uno está vacío, así que está en el otro.

-¿Estás bien? -le pregunto, apoyada en la puerta del lavabo donde está ella, pero no recibo respuesta- ¿Anna?

-Estoy... Bien -susurra ella, insegura, entre lágrimas. Pasa un rato y al final decide salir. Al verme, se lanza sobre mis brazos, y deja caer sus lágrimas encima de mi hombro.

-Tranquila -digo abrazándola- No tienes por qué contarme qué te pasó, ni siquiera te debería haber preguntado... Lo siento...

-No, tranquila. No tenías ni idea. No tienes por qué pedir perdón.

-Anna, eres mi amiga, por no decir mi mejor amiga. No tienes por qué contármelo si no quieres. Es obvio que fue algo muy duro para ti que te costó superar, o incluso ni lo has superado aún, no sé. Pero me tendrás ahí siempre para apoyarte cuando me necesites, y si no me necesitas, tranquila, que tambien estaré a tu lado -Anna no puede parar de llorar cuando acabo de decirle esto.

-Muchas gracias, de verdad. Ana, no se qué haría sin ti. Eres mi mundo -sus lágrimas van desapareciendo. Tiene los ojos hinchados y rojos.

-Anda, toma -le doy unas gafas de sol para que no se le note que ha estado llorando- ¿Te vienes a mi casa? ¡Noche de chicas!

-Vale...

-¡Venga, vamos a pagar y a irnos, que invito yo!

-No tienes por qué... -susurra.

-A la próxima invitas tú... -asiente y nos vamos a pagar. Al salir, cuando ve mi moto, casi le dan ganas de vomitar.

-Tranquila, cogemos un taxi -le digo. Veo que se tranquiliza y se abalanza a mis brazos.

-¡Te amo, morena! -exclama.

-¡No más que yo a ti, rubia!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 09, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Amor de dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora