Capítulo 35 : Let me love you (Déjame amarte).

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Ninguno dijo nada y estuvo bien así.

Al llegar afuera la solté en contra de mi voluntad y me posicioné en frente de ella. Me miraba fijamente con sus ojos marrones llenos de incredulidad, me miraba confundida pero a la vez me miraba también dolida; dolida por lo estupido que había sido con ella todo este tiempo,ni yo me entendía. Ya ni siquiera sabía si de verdad me intentaba alejar por las amenazas de Lukas o por el miedo a enamorarme de ella.

Ella,quien me había apoyado día y noche desde lo que pasó con mi padre. Ella, la misma que despertaba todos mis sentidos y ocasionaba un mundo de sensaciones con tan solo mirarme, la misma que cuando me besaba me hacía sentir que valía la pena,que esta vida aún podía darme una oportunidad.

No era que yo pensara que yo nunca me enamoraría de nadie. No, así no soy yo ; yo sólo pensaba que no merecía hacerlo,no merecía enamorarme,no merecía ser feliz con ninguna chica después de todas las cosas que había hecho. No era que yo pensaba que mi corazón era de metal y no sentía y no quería, era que yo no merecía sentir o querer. Pero ella, ella me hacía pensar que yo tenía un gran valor y que no tenía que ser un hijo de puta con el mundo. Yo, yo sólo vivía de la reputación,yo sólo resistía por el miedo que me tenían los demás ; pero al final...al final yo era un don nadie,yo seguía sintiendo miedo o dolor; yo seguía siendo tan humano y débil como todos aquellos que me temían y aunque Salomé no conocía esa parte de mí, ahora yo sabía que si llegaba a conocerla me perdonaría, no le importaría y hasta me abrazaría y me diría que todo estaría bien y precisamente por eso–precisamente eso–era lo que me demostraba que yo no la merecía.

— ¿Vas a hablar o te quedarás callado mirándome de esa manera toda la noche? — preguntó devolviéndome a la realidad. Moví la cabeza de un lado a otro negando aún sin decir nada—¿Entonces? — agregó.

—No sé por donde empezar— dije sincero.

—Apresúrate, quiero volver adentro— contestó indiferente.

— Donde tu querido Gregor—comenté sarcásticamente.

—Puede ser, pero no te importa.

—Sabes que si me importa Salomé, lo sabes bien.

— ¿Me estás bromeando? ¿Cómo voy a saber algo que tenga que ver contigo si no sé lo que piensas o quieres?, no te conozco.

—Lo haces— dije en voz baja mientras me acercaba a ella— Me conoces más de lo que crees.

—No, no te acerques tanto a mí—dijo casi en un suspiro. Noté como mi cercanía la ponía nerviosa y sonreí internamente.

Seguía sintiendo cosas por mí,yo seguía gustándole.

— ¿Porqué no? — me acerqué un poco más y tomé su mano con cuidado. Ella suspiró y me miró como siempre lo hacía,no había dolor en su mirada,no había enojo, simplemente me miraba como si sólo existiéramos ella y yo.

Bajó su mirada y apartó la vista de mí.

—Apártate Nik —dijo dando un paso corto hacia atrás, alargando la distancia que nos separaba, esa que yo había querido desaparecer—¿Qué pretendes? ¿Cuál es tu juego? ¿Te parece divertido esto?

—Salomé, escúchame—dije.

— ¿Para qué? ¿Qué sigue? Me besarás y me dirás que quieres estar conmigo, para luego alejarte de mí en unos días —dijo mirándome ahora fijamente —¡Déjame en paz Niklas, no soy un juguete!.

—Pequeña— dije por primera vez. Ella me miró sorprendida y seguidamente frunció el ceño. Sabía que no había sido buena idea llamarla de esa manera.

NIKLAS I (Let me love you) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora