Eso era un gato.

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Caminando iba Anastasia, ella estaba sumamente triste luego de ver que todo el mundo que construyó, todo lo que consiguió con esfuerzo ganándose la admiración y el respeto de todos era una simple ilusión, por que de las personas se puede esperar cualquier cosa siempre, menos bondad y misericordia, caminaba como siempre solo que ahora no tenía que hacer ni dónde ir.

- miau, miau - escuchó un sonido entre los arbustos de un rosal, este estaba en sus mejores condiciones por lo que acercarse a buscar fue un poco difícil, hasta que al final lo vio, era un gatito pequeño, de color negro, el pobrecito al parecer había caído al rosal desde hace días, le sangraba una patita, y había otra que había parado de sangrar hace ratos, el pobre estaba muy flaquito.

Anastasia lo saco de ese arbusto y se lo llevó a casa junto con unas cuantas marcas de espinas como obsequios en su brazo.

El gatito se comporto bien, se dejó bañar y desinfectar, se dejó vendar y al final se dejó acariciar.

- pequeño, soportaste mucho, te llamaré "león", amigo mío, tu serás un caballero de la mesa redonda - dijo Anastasia jugando con el gatito, hace tanto que no sentía tan pequeña, su pequeño gato la hacía pensar en cosas chiquitas.
Le hizo un sombrerito de marinero y le coloco una espada de periódico.

El gato más bonitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora