Una Madre Nunca Abandona.

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—Estás hermosa mamá —la adula la niña con una enorme sonrisa.

—Se agradece el cumplido —le deposita un beso en su mejilla —. Pero también mi belleza la llevas tu —le da un golpecito en la nariz —saca de la manga de su vestido una pequeña cajita —. Y creo que usted y yo tenemos un asunto pendiente —se la entrega.

— ¿Qué es? —pregunta la niña ansiosa.

—Ábrela y verás.

Emocionada ve que en ella se encuentra una hermosa bailarina de porcelana que se encuentra sujeta a una base, adornada con mariposas.

—Está hermosa mami —se inclina para darle un fuerte abrazo —. Muchas gracias, pero. ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo?

—La vi en un aparador el otro día. Y de inmediato pensé en ti.

—Mamá —murmura la niña en un tono más serio. El semblante le cambia por completo —. No salgas.

— ¿Y que tu padre vaya solo?

—Entonces que ninguno salga de la casa.

—Hija, ¿Por qué te asustas cada vez que salimos de noche? —eso es algo que siempre ha intrigado a Isabel. Desde niña tiene esa fobia cada que salen de noche —. ¿Alguien te hace daño? —esa es una pregunta que no la deja dormir últimamente. Teme que alguno de los empleados la lastime.

—Nadie me hace daño.

— ¿Y entonces?

—Me da terror que ya no vuelvan —el abandono, así de simple. Ese es el temor de una niña de nueve años.

—Evangeline —la carga para mecerla entre sus brazos —. Una madre nunca abandona, siempre está al pendiente de sus hijos.

— ¿Nunca me vas a dejar?

—Jamás —le promete —. Siempre voy a estar a tu lado.

●●

Se levanta de la cama, coge un suéter el cual se echa encima de inmediato y sale de su habitación. Camina con sumo cuidado, ya que no quiere que nadie la escuche.

Al momento de pasar por la habitación de sus padres, comienza a sentir un terrible estremecimiento. Con sus pequeños nudillos llama a la puerta.

Nada.

Ni una sola voz, ni un solo ruido provienen de adentro.

Gira el pomo de la puerta y alcanza a ver que la cama sigue hecha, nadie ha dormido ahí. La niña respira con dificultad, no es algo normal que sus padres lleguen a esa hora a dormir. Nunca habían tardado tanto.

Temerosa decide echar un vistazo a la sala que es el lugar de donde provienen las voces. Escondida entre las sombras logra vislumbrar al ama de llaves, Rosario. A su nana Mercedes y otros miembros de la casa.

Las mujeres se encuentran llorando, aunque la niña no comprende el motivo.

— ¿Y el patrón? —pregunta la madre de Ricardo con expresión afligida. —. ¿Cómo se encuentra?

—Ya les he dicho que él se encuentra bien —la niña voltea a ver a la persona que dijo aquello. Se trata de un oficial de policía —. Solo unos golpes, pero nada de gravedad...

—Me refiero a como ha tomado la noticia.

—Aun no lo sabe —confiesa el oficial —. No se ha dado la oportunidad.

— ¿Y cuándo se lo planean decir?—le grita al oficial con pánico —. ¿Por qué él va a comenzar a hacer preguntas?

—Hay que esperar a que salga del trance.

Un Nuevo ComienzoWhere stories live. Discover now