«¿Has besado a esa asesina?»

«Creo que no es la única aquí que tiene sangre en las manos» repliqué mirándola, la sorpresa dibujada en su rostro «y sí, he leído el diario de Regina de principio a fin y el momento más interesante es aquel en que tú la traicionas contándole a su madre que pensaba escaparse con Daniel, lo que le permitió a la muy querida Cora matarlo delante de ella, Cuando tan solo dos días antes ella te había salvado la vida sin conocerte siquiera»

«Vamos a hablar de eso en otro momento» susurró Mary antes de girarse hacia David que tomó la palabra

«Bien» comenzó a hablar dirigiéndose a la gente «no sirve de nada estar aquí si Regina no está, vuelvan a sus casas, nos vamos a ocupar de encontrarla, y después decidiremos su suerte»

«No decidiréis nada en absoluto, soy la sheriff de este sitio» exclamé yo «y además me pregunto por qué habéis venido todos hasta aquí, después de todo la persona que está detrás de esta maldición es Gold y él es también el que está detrás de la desaparición de Kathryn, aunque de esto aún no hay pruebas fehacientes, pero sé que ha sido él»

«¿Qué historia es esa?»

«Os la explicaré en cuanto todo el mundo haya vuelto a sus casas»

«Muy bien, como decía, regresen a sus casas, de momento no podemos hacer nada más» dijo David provocando protestas de todos los presentes, pero obedecieron, seguramente por no querer enfrentarse a su rey.

Una vez que todo el mundo se hubo ido, consentí en abrir la puerta de la casa de Regina dejando pasar a Ruby, Henry, Mary y David, antes de cerrarla detrás de nosotros. Los conduje al salón, y sonriendo a la vista de las dos copas que se encontraban todavía en la mesita, las cogí.

«Voy a llevar esto a la cocina, Henry, ¿vienes conmigo? Vamos a necesitar otros vasos y no puedo traerlos sola»

«Ok» asintió siguiéndome a la cocina

Una vez en la cocina, cerré la puerta para poder hablar con él.

«Escucha, chico, tenemos que hablar, me gustaría explicarte lo que ha pasado estar tarde cara a cara»

«Entonces, ¿de verdad has besado a mamá?»

«Sí, y creo que la amo mucho, parece que tenías razón sobre esa historia del Amor Verdadero»

«¿Así que amas a mamá de verdad?»

«Sí» confesé mientras mis mejillas iban adquiriendo un color rojo tomate, mientras que la sonrisa se Henry se agradaba

«¿Y ella? ¿Te ama?»

«Me besó ella, así que supongo que sí»

«Estoy contento de que pueda amar después de Daniel» me respondió con una ligera sonrisa

«Yo también. Y si tienes la más mínima pregunta, no dudes en hacérmela, creo que ya ha habido suficientes secretos entre nosotros»

«Ok» asintió abrazándome antes de dirigirse a los armarios para sacar los vasos y llevarlos al salón, dejándome a mí para que sacara el vino para los adultos y el jugo de naranja para Henry y Snow, que, como sabía, no bebía alcohol. Tomé el toro por los cuernos y regresé al salón donde se encontraban mis padres para tener una conversación que se aventuraba muy extenuante, pero necesaria.

«Entonces, Regina es tu Amor Verdadero» susurró Mary llevándose las manos a la cabeza «¿Qué he hecho yo para que te merezcas tal cosa?»

«¡No es nada malo!» exclamé yo, mientras que Henry me acompañaba asintiendo con la cabeza a mi lado. Ruby tomó la palabra

«Es verdad que no es forzosamente algo malo, por lo que yo he podido ver, el hecho de estar al lado de Emma ha ablandado verdaderamente a nuestra querida Evil Queen» sonrió la morena mientras que yo le agradecía con la mirada

«Y además en ese asunto nadie tiene derecho a decir nada, quizás solo Henry y esto no le molesta, amo a Regina y tenéis que haceros a la idea porque cuento con comenzar algo con ella, incluso permanecer junto a ella hasta el fin de mis días»

«Pero, Emma, es la Evil Queen, la mujer que arranca corazones a doquier y que ha matado a cientos de personas solo porque se aburría»

«¡Ella no se aburría! ¡Era infeliz! ¡Estaba sufriendo! ¡Pero todos estabais muy ocupados mirándoos en el espejo para daros cuento de eso!» repliqué fuera de mí antes de levantarme «Ve a buscar tu chaqueta y tus zapatos, vamos a dar una vuelta» le dije a Henry saliendo de la estancia para entrar en la cocina. Cogí una botella de agua, dos o tres paquetes de galletas antes de subir las escaleras y entrar en la habitación de Regina en la que, al entrar, se podía respirar su perfume afrutado disperso por todo el cuarto. Me dirigí a su armario en el que encontré un bolso de viaje y que llené con algunas prendas. Llegué al cajón más interesante en el que me costó mucho no detenerme un poco más, cogí algunos conjuntos de ropa interior, unos de sus camisones de satén color lavanda, y cerré el mueble. Al girarme, me encontré con la mirada de Ruby, que me había seguido.

«Vas a verla, ¿verdad?»

«Digamos que voy a llevarle algunas cosas y al mismo tiempo asegurarme de que está bien instalada, ¿querrías distraerlos?»

«Yo me ocupo de todo, tú, vete, encuentra a tu bella»

«Gracias Rub» le sonreí mientras la abrazaba.

«De nada» me respondió antes de salir de la habitación

«Mamá, estoy listo»

«Ok, coge esa manta y esa almohada, no me di cuenta de si tenía allá»

«Ok» dijo él antes de seguirme fuera de la habitación, bajando las escaleras lo más despacio posible, para poder salir de la casa sin que mis padres lo notaran...Me costaba todavía nombrarlos de esa manera, sabía que me llevaría algunos días, incluso semanas para acostumbrarme a ello.

Cerrando con cuidado la puerta detrás de Henry, corrí hasta mi coche que se encontraba en la calle, a algunos metros de la casa de Regina.

Una vez dentro, arranqué rápidamente, dirección el cementerio...


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