Día en el parque

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«Muy bien, chico, te seguimos» sonreí mientras él corría hacia la pequeña extensión de agua.

«¿Vienes?» pregunté a Regina al ver que todavía no se había movido, le tendí una mano que agarró tímidamente haciendo que un ligero temblor me recorriera. Me puse a correr detrás de Henry arrastrando conmigo a la morena que no puedo evitar protestar, por supuesto, si no, no sería Regina.

«¡Deja de correr!»

«¡Oh, venga, es divertido Regina, creía que querías demostrarme que te sabías divertir!»

«No llevo zapatos para correr, voy a torcerme un tobillo»

«¡Quítatelos!» le respondí

«¿Hablas en serio?»

«Por supuesto»

«¡Ni en sueños Emma!»

«Entonces, ¡deja de quejarte, y camina!»

Suspirando, Regina me hizo parar, soltando su mano de la mía, y se quitó los zapatos agarrándolos en una mano.

«¿Qué es lo que tú no me harás hacer, Emma?» resopló mientras que volvía a cogerla de la mano

«Hago que te liberes, Regina Mills»

«¡No soy una persona inhibida!» añadió ella haciéndome reír, lo era, pero cada vez menos para mi gran alegría.

«¿Sabes hacer la voltereta lateral?» me preguntó Henry mientras acababa su sándwich de mantequilla y jamón que había querido hacerse él solo, porque él era, citando "bastante grande y ya no un bebé"

«La sabía hacer en una época, pero hace mucho tiempo, no estoy segura de conseguirlo ahora»

«¿Podrías enseñarme cómo hacerla?»

«Supongo que sí, pero, ¿por qué quieres saber hacer la voltereta lateral?»

«Porque la señorita Blanchard nos da clase de gimnasia el lunes por la tarde y yo no sé hacer aun la voltereta y algunos se ríen de mí...»

«Dame sus nombre y yo me ocupo de ellos» exclamó entonces Regina volviéndose a poner la máscara que había dejado caer esa mañana haciéndome poner los ojos en blanco, definitivamente nunca cambiaría.

«Deja que yo me ocupe» le soplé al oído, lo que la hizo estremecerse y yo me reí ligeramente antes de volver a poner mi atención en Henry «entonces, chico, vamos a ocuparnos de ti y créeme, mañana por la tarde, sabrás hacer una voltereta marca Emma Swan»

«Estoy ansiosa por verte hacer la voltereta» no puedo evitar replicar burlonamente Regina

«¡Eso es, búrlate de mí, Gina!» exclamé yo y la sorpresa se leyó en su rostro

«¿Gina, eh? ¿Por qué?» preguntó frunciendo el ceño de una manera completamente adorable.

«Te va bien, y es más rápido que decir Regina, ¿no te gusta?» pregunté intentando no dejar ver mi inquietud, no quería que se alejase por el apelativo.

«Sí, solo es que no estoy acostumbrada, pero, ¿por qué no?» respondió sacándome una sonrisa, me tranquilicé.

«Entonces, ¿Gina está bien?»

«Gina está bien» asintió ella

«Y ¿sabes? Si quieres ponerme un apelativo, puedes hacerlo, no necesito tener la exclusividad»

«Pensaré en ello» me prometió «entonces, ¿esa voltereta? Y si nos muestras de lo que eres capaz, Emma Swan»

«¡Oh, os lo voy a mostrar y os vais a sorprender!» exclamé yo, mientras me levantaba y me colocaba para hacerla, pero visiblemente no estaba bien colocada, porque me estrellé en la hierba haciendo que la morena estallara en risas detrás de mí.

El diarioWhere stories live. Discover now