2°- Nieve

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Soltó el aliento al aire, viendo como el tenue vapor aparecía para perderse rápidamente a su alrededor. Mirando el cielo como pequeños y hermosos copos de nieves caían con gracia cubriendo con un manto blanco todo. Era imposible no seguir con la vista las pequeñas bolitas, tan calmadas y relajantes, si no es porque él precisamente no gustaba mucho del frío.

Kuro estaba envuelto con un pesado abrigo, una bufanda, gorro y un par de guantes refugiando sus manos en los bolsillos de la chaqueta. Arrugó la nariz cuando el frío aire comenzó a picarle las mejillas, volviendo a acomodarse la bufanda para esconder lo más posible su rostro.

Buscó con la mirada a su compañero, y lo encontró sonriendo mientras sus achocolatados ojos miraban encantados en la vitrina de una tienda. Casi como un niño pequeño, Mahiru estaba apoyando las manos en el frío cristal y una sonrisa boba expresaba.

— Realmente son unos niños aun.

Kuro solo observó de reojo a su hermano menor. Lily se posaba junto a pereza con una suave sonrisa viendo entretenido como ambos Eves iban de tienda en tienda mirando las hermosas cosas que ofrecían en esa época.

Navidad.

Que tierno sonaba todo lo que esa palabra abarcaba. No era algo que precisamente él disfrutara o esperaba todo el año. Pero, parece que en los Eves era cosa distinta, más que nadie, ellos parecían más que disfrutar todo a su alrededor.

Y no los culpaba, el ambiente estaba hecho para sacar una sonrisa a mas de alguno. La escasa y hermosa nieve sobre sus cabezas. Muchas, demasiadas personas —que a pesar de la baja temperatura—estaban en las calles haciendo compras. Las decoraciones de rojo, verde y dorado en todos los recónditos lugares que visitaban. Y la música. No faltaba lugar que tuviera una hermosa y calmante melodía que te invadiera y sacara ese espíritu de hacer algo bueno. Incluso para un vampiro.

—¡Kuro, mira esto!

Pero él precisamente no estaba hecho para seguir a su Eve donde fuera que pisaba. Y maldecía que el día estaba nublado y con delicados copos de nieve cayendo, porque no tenia escusa para mantener su forma felina y no caminar y dejar que Shirota lo llevara en brazos, solo para sentir el reconfortante calor natural que desprendía el chico. Pero no, Mahiru ha estado toda la mañana recorriendo las calles para un regalo perfecto para el Eve de su loco hermano Lawless. El tipo tuvo la decencia de nacer precisamente en esa fecha. A Licht se le subían los humos a la cabeza al decir que un ángel como él, no tuvo mejor fecha para nacer.

Se acercó a regañadientes al castaño solo para ver en una tienda de mascotas a todos esos pequeños y adorables animalitos envueltos en una cinta roja en sus frágiles cuellos.

—¿Crees que a Licht-san le guste?

Kuro miro detenidamente un perrito que movía la cola al tener la atención de ellos.

—Pienso que Lawless se pondrá celoso.

Mahiru soltó una risa, mientras se agachaba y quedaba a la altura del animalito, a pesar que el vidrio de la tienda los separaba, el castaño poso su mano en ella y el can sus patitas. Kuro no quito la mirada del chico pensando que aquella escena era tierna.

— Que lindo, quiero llevarlo a casa.

Kuro arrugo el ceño al escuchar a su Eve. No hablaba en serio, ¿o sí? Kuro inspeccionó al perro, que de alguna raza adorable debía ser, y lo fulminó con la mirada haciendo que el pequeño sintiera ese instinto y retrocediera asustado.

Mahiru sonrió derrotado al ver esa acción en su Servamp, y como el chico chistaba molesto mientras se giraba dispuesto a irse. Shirota se levanto y alcanzo al mayor llevando una mano a los bolsillos del abrigo de Kuro, buscando la del perezoso.

—Era broma. No me digas que estas celoso.

Kuro se tapo mas el rostro con la bufanda. Ahora ya no sentía frío, en el rostro al menos. Fue demasiado evidente su molestia y ahora Mahiru pensaba que el celoso era él. Sin embargo, de igual forma, entrelazo sus manos ocultas con las de Shirota, mientras ambos caminaban por las calles en busca de algún presente para Todoroki.

—Oh, alguien se está olvidando de nosotros, Misono.

El pequeño Alicein bufó mientras acomodaba su abrigadora gorra, viendo al par pereza avanzando, o a Mahiru arrastrando con cariño a su Servamp mientras veían vitrina por vitrina las tiendas.

—¿Has encontrado algo para Tetsu-kun?

Misono no respondió, y avanzó dejando a Lily atrás con una sonrisa. El adulto veía divertido el pequeño rubor en las mejillas de su Eve. Entonces All of Love miro el cielo y dio gracias a quien sea que unió los caminos de todos esos chicos. Porque ver a su hermano pereza junto al castaño, con un brillo especial en sus rojizos ojos, no era cosa que se veía a diario.

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Que el espíritu navideño comience a invadir sus corazones~

Besos~ 

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