Caí por el precipio y manche mi cara de barro,
Los huesos rotos, la mirada vacía y demonios riendo al lado.
Se unió la muerte que esperaba que tirase la toalla
Que me diese por perdido, que lo dejase,
que había perdido la batalla
Acaricié su rostro y note el escalofrío,
El tacto de su piel era igual al mío.No, no voy a dejarlo ahora
Le grité con los oídos sordos por el ruido
Solo escuchaba murmullos en la cabeza,
no oía el latido
¿se habría marchado el corazón por todo mi albedrío?
Quizá por no hacerle caso me volví tan sombrío
Quizá por aquello solo sentía el frío
Me levanté del suelo húmedo
Demonios callaron, sonido mudo
Comencé a trepar las paredes del precipio
Parecía estar escalando el mundo
Cuando me quise dar cuenta
Ya había llegado a la meta.
Pues lo único que me frenaban eran
las quejas
la falta de voluntad que con la tristeza
se apareja.
Se esfumó todo eso de mi cabeza
Mi corazón volvió
El frío sucumbió ante el sol
Lo mejor fue volver a ver el cielo
mirada perdida... perpleja.