~•~Corro~•~

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-¡Salte de mi cuarto y deja me sola por una vez en tu vida!-

Me miro con los ojos llorosos, se dio la vuelta y azotó la puerta dejándome sola en mi recámara.

Últimamente he pasado por momentos frustrantes donde mi papá solamente me juzga; mi mamá no sale de su cuarto desde que falleció mi tía y no hace nada todo el día; mi hermano sale de la casa a media noche y regresa después de días y para terminar todo, yo soy un desastre.
Así que mi papá salió de mi cuarto y como siempre empezó a murmurar groserías bajo su aliento.

-¡Ya fue suficiente, ya no podía más!- Grite dentro de mi cabeza.

A pasado una semana y los problemas no han parado, he tenido la idea de irme de la casa. Como por tres 3 semanas, no lo sé, lo único que se es que regresaré hasta que me sienta mejor.

Durante el día estuve ignorando a todos y justamente esta noche tome la decisión de irme.

Me puse unas mallas negras gruesas, una playera blanca de "Aeropostal", un suéter gris, unos "Jordans" y me amarre el cabello en una coleta alta poniéndome pasadores para que mi fleco no me estorbara.- Agarre mi mochila y la llene de cosas con las cuales no podía vivir sin; agarre dinero que había ahorrado vendiendo dulces en la escuela, (vendía dulces desde que conocí el manejo del dinero) y lo puse en mi bolsillo.

-¡Scarlette, ven, tengo que hablar contigo!

-¡Ash! Alrato voy. Le respondí con un un tono de "deja de fregar".

-¡Scarlette Hills, baja en este instante!

Como me fastidia que mi mamá me este interrumpiendo a cada ratos.

Azote la puerta para darle a entender a mi madre que no iba a bajar y la cerré con seguro.

Escuche como mi mamá salió de su cuarto dando pasos fuertes para dirigirse a mi recámara.

-¡Abre la puerta Scarlett!
Grito mi mamá mientras tocaba la puerta con fuerza.

Me pare por unos cuantos segundos frente a la puerta mientras escuchaba como mi mamá tocaba la puerta con desesperación, en ese instante me acerque a mi ventana que se encontraba a lado de mi buró y salí de un brinco por ella.

Me encontraba fuera de mi casa, di unos pasos a las rejas de mi casa y abrí la puerta con cuidado.

Corrí lo más rápido posible sin rumbo. Corrí pasando por parques con niños inocentes, grupos de adolescentes fumando y hablando de sus problemas personales, gente de la tercera edad sentados todo el día en sus balcones, chicas confundidas sentadas en sus techos escribiendo cuentos de hadas que nunca ocurrirán y gente como yo corriendo de aquellos problemas que no podemos solucionar.

Me detuve, tratando de alcanzar mi respiración y poniendo mi mano sobre mi pecho; Me arrodille apenas dándome cuenta que había parado en la mitad de un bosque.

Siento que todo ocurre tan más rápido, saque mi celular y ví la hora, ya habia pasado una hora así que guarde mi celular.

Estuve corriendo por alrededor de 35 minutos.

Me levanté y mire a mi alrededor, lo único que veía eran árboles; así que me trepe al árbol más alto y fuerte.
Al llegar saqué mi celular de mi mochila, usando la mochila como almohada para no tener que recargarme en el tronco rasposo de aquel árbol. Me puse unos audífonos y subí el sonido de la música a todo volumen.

Después de unas cuantas horas de estar escuchando música, saque mi cuaderno y empecé a dibujar.

Empecé a dibujar trazos extraños... trazos sin sentido; después de unos cuantos trazos empecé a buscarle la forma de algún chico o algo en especial.

Pasó alrededor de una hora, supongo y después de borrar y borrar para darle forma a mi dibujo terminé dibujando un chico.

Era una chico perfecto, su estructura facial era perfecta, tenía unos ojos increíbles, cabello castaño obscuro, cuello largo, la mandíbula bien definida, espalda y torso marcado,  sus labios carnosos rosados y alto.
Para mi era simplemente perfecto, su estructura facial era perfecta no le encontraba ni un simple error...pero tristemente era solamente un dibujo y a fin de cuentas ese chico solamente es producto de mi imaginación.

Toda la tarde me quedé escuchando música y observando los detalles que conformaban dicha perfección...a él.

Decidí bajarme del árbol y empecé a caminar sin saber a donde dirigirme. Mientras escuchaba la misma canción una y otra vez.
(Aerosmith-I don't want yo miss a thing).

Seguí caminando escuchado esa canción sin mirar al frente mío...

-¡Fíjate!

Alce mi mirada y lo último que recuerdo ver, son dos luces blancas frente a mi.

EntrelazadosOnde as histórias ganham vida. Descobre agora