29 de Marzo (Parte 2)

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Conforme avanzaba el día comprendía que ya no había un punto de retorno, la sociedad jamás sería la misma.

Winston Reed, el conductor del noticiero matutino, anunciaba con la mirada un poco perdida y claramente alterado por los nervios que, el estado y posiblemente el país, habían colapsado a cusa de la contaminación del agua y a la propagación de un virus, indicando que había ocurrido un catastrófico derrame en la planta de trata de agua y debido a esto el liquido había quedado con altos niveles de toxicidad. Me senté en la cama tratando de asimilar la noticia, el estado se encontraba en alerta roja debido al virus que se hallaba en el agua, respire profundo y analicé mis opciones, no teníamos mucho tiempo.

Desperté a Marcos, mi esposo, perdimos valiosos minutos en esta simple acción. Mientras se frotaba los ojos para despertar, yo me cambiaba la ropa de trabajo por algo más deportivo y al mismo tiempo le explicaba la situación, él soltó una carcajada un poco baja, él creía que era todo una puta broma. Me dirigí al baño, algo frustrada, para recoger mi cabello en una cola de caballo, cuando regresé a la habitación encontré a Marcos con sus lentes descansando en el puente de la nariz y a él con una mueca de sorpresa adornando su boca, había observado las imágenes que estaban transmitiendo en la televisión. "Vístete y baja a encender el carro, tenemos que ir al super" le dije en un tono algo autoritario, recibí un simple gesto afirmativo como respuesta y lo vi levantarse para comenzar a vestirse. Abandoné mi habitación dirigiéndome a la de Tomas, nuestro hijo, el cual roncaba y estaba cubierto de pies a cabeza con su cobija.

"La inocencia de aquel queignora los problemas mientras estallan a su alrededor , similar a la rosa que crece en un invernadero a la temperatura indicada, mientras el calor se apodera y consume el exterior."

Con un dolor que me oprimía el tórax y dificultaba mi respiración, desperté a Tomas y lo introduje en la cruda y terrorífica realidad, apartándolo de la fantasía de su sueño.

Quince minutos más tarde nos encontrábamos los tres en el automóvil de Marcos, con un apurado desayuno que comeríamos en el camino, y algunos objetos para defensa de nuestra familia, no sabíamos que nos esperaba allá afuera.

-Rebecca Torres

Casa #36 de las Residencias Peace Woods.

Apocalipsis en Peace woodsWhere stories live. Discover now