Cuando llegué a casa, mamá me dijo que Amanda aguardaba en mi habitación. Subí rápido, abrí la puerta y grité.

— TÍA, TÍA, TÍA. Te tengo que contar algo muy fuerte.—ella me observó intrigada esperando mi noticia— Vi a Damon con una chica y fui al parque. Casi comencé a llorar cuando apareció Dean y empezamos a hablar de las cosas de la vida. Poco después me confesó que le gustaba y me dio un beso. Me besó en la boca.

— ¿¡Qué!? ¿Aston? Oh Dios mío. No me lo puedo creer. ¿Qué hiciste después?— preguntó incrédula.

— Me fui corriendo.

— No me lo esperaba de él pero, normal. Eres una belleza. Nadie puede resistirse a tus encantos, morena. Cambiando de tema, ¡yo también tengo noticias!— elevó el volumen de su voz— Estoy saliendo con Xander y no puedo describir cómo me siento. Parece que estoy viviendo mi mejor sueño, ¿sabes? Llevaba tanto tiempo detrás de él que nada parece real.

Nos pusimos a hablar muy emocionadas subiendo la voz y mi madre tuvo que subir para hacernos bajar el tono. Amanda aprovechó la visita de ella y se lo contó. Mi madre se mostraba algo sorprendida con la situación. Cuando ella se fue nos quedamos un rato conversando tumbadas en la cama hasta que caímos rendidas del sueño. La hora de la siesta había empezado.

Hasta las siete no nos despertamos. Hicimos mi cama y Amanda se fue. Ella casi pasaba más tiempo en mi casa que en la suya. A nosotros nos daba igual porque Mandy siempre ha sido una chica genial, respetuosa con todos nosotros y amable. Además con ella siempre podíamos contar para todo. Obviamente, ella también puede contar con nosotros.

         . . . . . . . . . . . . . .

El resto de semana se pasó tan despacio que dudaba de sí estaba viviendo a cámara lenta.
El miércoles no pasó nada interesante. Seis horas de aburrimiento matutino, dos miraditas provocadoras de Dean y miles de risas con Amanda.
Por la tarde tuve que hacer un boceto para Dibujo técnico sobre las vistas de una figura. Pinté una figura extraña y sin forma vista desde diferentes posiciones. también tuve que acotarla, nada demasiado difícil de hacer.
Como cuando terminé ya era tarde, comí algo y me fui a dormir. El instituto me estaba robando toda la vida social que tenía. Ojalá llegase ya verano y terminase ya para irme a la universidad de una vez.

El jueves tampoco fue nada excepcional. Yo estaba nerviosa por el cumpleaños, por Damon, por Dean, por todo un poco. Notaba una presión extraña en la boca del estómago.
En las seis horas de clases no había atendido en casi ninguna clase, aunque también es cierto que los jueves no hay asignaturas importantes: Inglés, Danés, Gimnasia, Dibujo Técnico, Tecnología e Historia.

Después del instituto fui a la biblioteca a leer el libro de Lenguaje de Dickens. Aproveché para liberarme de todos los pensamientos estresantes de mi cabeza y para hacer más deberes. Luego volví a mi casa, comí tortilla de patatas que mi madre hacía tan rica y me fui a dormir. Como veis, mi vida no es nada emocionante. La rutina me aburre bastante pero a estas alturas del curso escolar debía aplicarme para no suspender ninguna asignatura ahora que empezábamos con los exámenes finales.

Comenzó el viernes. Mi casa ya estaba decorada y contenía todas las provisiones para esta noche. Mi corazón se iba a salir de mi pecho debido al nerviosismo que contenía mi cuerpo.
Me pasaron cosas interesantes durante toda la tarde. Recibí mensajes de mis invitados avisándome de que ya estaban en camino. También un número desconocido me envió un mensaje algo raro.

"Es curioso cómo siempre consigue arrancarme una sonrisa. Y hacía mucho que no sonreía de esta manera. Tengo miedo a que te separes de mi... "

Tenía a tanta gente en mi teléfono que podría ser cualquiera aunque unas ligeras sospechas me decían que había sido Dean. Tan solo esperaba estar equivocado respecto a eso. Tampoco iba a porfiar ni a decírselo por si me equivocaba de persona. Después de lo que pasó entre nosotros el otro día, me cuesta mirarle. Hay una especie de tensión no resuelta entre nosotros.

El día que quería que pasara despacio fue el que más rápido terminó.

Cuando llegué a mi casa, un vestido azul al estilo griego esperaba en mi cama junto con un cinturón dorado y unos tacones negros. Odiaba los tacones. Sí, eran bonitos y estilizaban las piernas de una mujer pero también eran muy incómodos. Además siempre conseguía hacerme heridas y ampollas por todos los pies. Definitivamente los tacones eran los zapatos del diablo.

Me arreglé. El vestido me resaltaba la figura gracias al cinturón y el peinado recogido y con una diadema, también dorada, quedaba perfecto en ese conjunto.

Bajé las escaleras y alguien tocó el timbre.

La fiesta había comenzado.
___________

Hasta aquí otro capítulo editado. He tenido que cambiar ciertas cosas debido al Copyright de una canción. Aún así, espero que os haya gustado muchísimo. 

Ya sabéis, dejadme comentarios con vuestras opiniones y no olvidéis difundir y recomendar. Mil gracias por seguir aquí conmigo. Besos.

Secrets #Wattys2016 #WEAwards2º #PremiosMusaRomanceOnde as histórias ganham vida. Descobre agora