Un móvil musical se encontraba sobre la cuna y daba luz para evitar que su pequeña se quedara a oscuras. Dentro de las figuras también había unas pequeñas estrellas.

Alexander se acercó a Paige por la espalda y se pegó a ella diciéndole -Ella es mi estrellita, debía de demostrárselo de alguna forma.

Paige sintió el ya conocido nudo en su garganta, odiaba esos detalles porque la hacían amarlo más.

-Te agradezco el detalle- agradeció con dificultad- pero como una vez me dejaste claro, esto solo es temporal.

Y Alexander no se pudo odiar más, era cierto. Él había dicho esas palabras porque en su momento lo sentía, y no podía estar más arrepentido de haberlo hecho.

Sin querer le había hecho más daño a Paige del que él pensaba, pero la amaría cada día hasta que ella olvidara todo.

Ella se separó y procedió a cambiar a su hija y arroparla en su cuna.

Una vez la niña estuvo en su lugar, Alexander los llevo a su recamara, era una la habitación más grande de la casa, poseía unos sofás cerca del ventanal, una cama matrimonio, su propio baño y una terraza con vista al jardín posterior.

- ¿Hay otra habitación donde pueda dormir?- pregunto Paige observando el espacio, se sentía demasiado cansada de forma emocional para estar cerca del causante de su dolencia por más tiempo.

Quería un tiempo a solas.

Alexander se quedó de piedad al oír su pregunta. - "¿Es enserio?"- se quejó mentalmente.

-Vamos a dormir en la misma habitación Paige, estamos casados-le respondió Alexander con la voz enojada.

-Alexander, me siento demasiado cansada para discutir; pero no dormiré en la misma cama que tu-dijo exasperada.

Alexander estuvo a punto de contestar pero su teléfono interrumpió la discusión.

-Espera aquí, es mi madre iré a hablar con ella- le dijo Alexander mientas caminaba al pasillo.

-Dale mis saludos- pidió Paige antes que el cerrara la puerta, ella observo la habitación. Estaba más que decidida a no dormir en la cama con él.

Observo el sofá y una idea se formó en su cabeza. Tomo una almohada y una frazada del armario; arreglo el sofá y se improvisó una cama.

No lo podía obligar a él a dormir en el sofá porque de seguro se trasladaría a la cama como la vez anterior.

No estaría muy cómoda pero serviría, de ser necesario dormiría ahí todas las noches.

Mientras ella se acomodaba en el sofá, afuera Alexander le contestaba a su madre.

-Dime Mamá- respondió al descolgar.

- ¡Quiero que me expliques! en este momento por qué Alisson se encontraba anoche en ti casa.

Alexander se quedó pálido ante las palabras de su madre, ¿Ella como sabia eso?

- ¿Cómo sabes que Alisson estuvo ayer en casa?

-Todos lo saben Alexander, hoy en la mañana sacaron un artículo sobre la visita de esa víbora a tu casa; esperó que no le hagas daño a Paige, ella es una mujer increíble Alexander y, si tenías dudas. No se hubieran casado...

- ¡Mamá!, ya entendí- dijo Alexander alterado- Paige si lo sabe, Alisson fue porque quería hablar, eso fue todo.

-Espero me estés diciendo la verdad Alexander, Paige no se merece eso.

Casada con mi jefe. Saga: NYC N° 1Where stories live. Discover now