Capitulo 3 - Conociéndonos un poco mas

825 6 3
                                    

Llegamos a un parque de diversiones enorme, es hermoso, brillante. Nunca fui a uno, me daban algo de miedo, prefiero mirar que subirme a algún juego.

Me aferre a su brazo. Me sentía una niña de 5 años agarrada al brazo de su mama cuando la llevaba al dentista. Me arrepentí de haberle seguido hasta allí, quería volver a casa, a mi vida aburrida, no voy a arriesgar mi vida en algunas de esas atracciones.

Jason se dio cuenta que estaba asustada y se puso a reír.

-¿De qué te ríes? A mí no me causa nada de gracia-dije ofendida.

-¿De que estas asustada? nunca pasa nada en estos parques- me dijo mirándome a los ojos, parecía bastante sincero-Si quieres coraje, podría hacer esto- y en ese instante me beso con toda la pasión del mundo y yo se lo devolví-¿Mejor?

Sonreí y me sonroje. No, no estaba mejor, pero con solo el hecho de estar con él me hacía sentir bien.

-¿Por qué no nos subimos a este?-Me dijo señalando la montaña rusa más grande que vi en mi vida.

-Em, bueno-Dije un poco aterrada.

Me agarro de la mano y nos dirigimos a la fila. No tardamos mucho en llegar al principio y subirnos a un carrito. Estaba muerta de miedo, pero no quería demostrarlo. Cuando el tren empezó a avanzar iba con calma y despacio, pero mi corazón empezaba a latir mas y mas fuerte, parecía que se iba a salir de mi pecho. Cuando estábamos por bajar una loma, cerré mis parpados con toda la fuerza y me aferre a Jason lo más que pude. No vi nada mas, mantuve mis ojos cerrados hasta que nos bajamos, estaba muy mareada y apenas podía caminar.

-Ey, parece como si estuvieras borracha- me dijo Jason largando una carcajada.

-No te rías, fue horrible, no sé porque acepte venir aquí contigo- dije tratando de quedarme quieta y tratando de que las lagrimas no salieran de mis ojos.

Jason se dio cuenta de que iba a llorar entonces me abrazo y me dijo al oído:

-Te ves tan linda asustada, pero no llores amor mío, que no paso nada, ahora ven, vamos a comer algo en el lugar que tú quieras, yo invito.

Llore de todos modos, pero de felicidad, porque cuando escuche sus palabras me hizo darme cuenta que a alguien le importaba. 

Le devolví el abrazo, me seque las lagrimas y le dije que me encantaría comer pizza. A él le encanto la idea y fuimos a su coche.

Durante el viaje no hablamos, el estaba concentrado en manejar y yo en no pensar en la montaña rusa y largarme a llorar otra vez.

La pizzería estaba llenísima, pero encontramos una mesa bastante apartada de la gente para nosotros dos. Vino la mesera y le pedimos una pizza de mozzarella y una cola.

-Tendrías que ir viendo departamentos-le dije tratando de empezar conversación.

-No te vas a desasir de mi tan fácilmente- me dijo sonriendo.

-No es que quiera desasirme de ti, pero

-No hay peros- me interrumpió.

Nos trajeron las colas y nos servimos un poco.

-¿Has tenido muchos novios Jessica?- me pregunto curioso.

-Pues no, la verdad que no, nose si lo notaste, pero soy un poco solitaria-Dije sonriendo-pero apuesto que tú tienes miles de chicas atrás tuyo

-La verdad es que si, pero solo me interesa una- me dijo dirigiéndome una mirada sensual.

Me sonroje y Jason al ver que me puse colorada se rio.

Después de unos minutos la mesera llego con nuestra pizza y nos pusimos a comer y a hablar de tonterías. Me pregunto sobre el instituto, de mis compañeros y de mi familia. Jason no me conto nada, le gustaba que yo hablara y él me hiciera preguntas. Yo en cambio quería saber más de él pero cada vez que le preguntaba me desviaba la pregunta.

Terminamos de comer, pagamos y nos fuimos a casa. Cuando estábamos por entrar, empieza a llover.

-¿Sabes que es lo que siempre quise?-me pregunto mirando al cielo- Besar bajo la lluvia.

En ese momento me agarro de la cintura, me atrajo a él y me beso. No fue un beso cualquiera ni como los anteriores, fue mucho pero mucho mejor. Se movía rápido pero decidido y suavemente. Sus labios eran tan ricos. Me acercaba cada vez más y me besaba cada vez con más pasión. Quería que me haga suya y para siempre. Rodee su cintura con mis piernas y le abrace el cuello. Me sentía mejor que nunca. Una electricidad recorrió todo mi cuerpo y una vez en la vida me sentí completa.

Todavía enganchados en nuestro beso, Jason abrió la puerta y nos refugiamos en la casa. Estábamos completamente mojados, pero nada permitió que nos separemos. Se sentó en el sillón y yo en sus piernas. Me saco la chaqueta y estaba desabrochando mi camisa cuando me di cuenta de lo que quería.

-No-dije entre jadeos.

Pero no me escucho y siguió en lo suyo.

-Basta Jason-dije enfadada- dije que no.

Esta vez si me escucho y se separo de mis labios. Se veía algo confundido. Me saco de sus piernas y se levanto del sillón.

-Lo siento-le dije-no es que no quiera, pero no es el momento.

Pareció entender, porque asintió y me respondió con una de sus hermosas y brillantes sonrisas. Se acerco a mí y me dio otro beso, pero más suave.

-Es hora de dormir mi princesa-me dijo levantándome del sillón.

Me llevo hacia mi habitación es sus brazos como si fuera una bebe y me dejo en la cama. Me dio un beso en la frente y se fue.

Peligroso AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora