02. Buenas Noches

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Luego de haber cenado cada quien se dirigió a su respectiva habitación, y como siempre el mayor paso por cada una verificando que todo estuviera bien en su auto proclamado perfecto hogar.

- Espero y descanses bien Karamatsu.
- descansaré cuando todos dejen de existir.
- ¡oh, vamos! ¡No digas eso! Harás llorar a los menores con esa actitud tuya.
- como si importará, tan solo estan aquí atados por tus caprichos, en cualquier momento ellos podrían irse y – no pudo terminar su oración, el mayor se habia sentado sobre el con una sonrisa relajada.
- ¿y? – interrogó acercando peligrosamente su rostro al contrario. – ¿que sigue Karamatsu?…..
- …….. – no hizo ruido alguno, solo giro su rostro en dirección a la puerta, quería irse, pero algo se lo impedía. Quizás el peso de su hermano sobre su cuerpo. Quizás las ganas de ver de que era capaz o la curiosidad producto de ver su locura crecer.

Al no recibir respuesta tomo con fuerza el rostro del Segundo y le obligó a que le mirará. – anda, contestame Karamatsu.
- tu sabes perfectamente lo que pasará cuando se vayan, y espero con ansias verlo.
- je… por eso no te daré nada especial hoy
- como si me importará, no eres el único con quien duermo, no me molesta ni me es difícil acostarme con mujeres y hombres desconocidos.
- ¿y con tus hermanos? – su expresión y voz cambiaron repentinamente, de un semblante calmo a uno serio, de una voz juguetona con ritmo infantil a una fría y monótona.
- si es por placer, cualquiera estaría bien, tan solo te hago un favor estando contigo.
- ¿ no querrás decir que es un win win? Después de todo te gusta meterte en problemas, has sido así desde la preparatoria.
- ¿y de quien es la culpa?
- ….. creo no conoces tu posición karamatsu. – su mano libre paso a tomar firmemente el cuello de su hermano y apretarlo con fuerza – ¿te excita no? El incesto, sumándole que sea con un hombre – la sonrisa de Osomatsu volvió a su rostro mientras apretaba más y más el cuello del menor, quien no tenia intención alguna de pelear, tan solo le miraba sin expresión alguna. – ¡Y no con cualquier hombre! Con un hombre corrompido como yo. Dime ¿acaso encontrarás algo mejor? – soltó su agarre y vio como Karamatsu recuperaba su aliento con calma. Al parecer se había acostumbrado a los arranques del mayor y los soportaba perfectamente.

Osomatsu posó su dedo índice en el cuello ajeno, más precisamente en la cicatriz que esté siempre ocultaba.
- ¿recuerdas esto?
- no podría olvidar eso, debí haber muerto entonces.
- no digas eso ¿que seria de los demás sin ti?
- un infierno sin duda ¿que seria de los demás sin ti? El mismísimo cielo, debiste ser tu, no yo.
- ¿que seria de ti sin mi? – le dedicó una última sonrisa para levantarse y dirigirse hacia la puerta de la habitación. La sangre le hervía y no quería seguir una conversación sin sentido para él. Con Karamatsu era siempre igual, se metía en sus nervios y le hacía pensar cosas que no necesitaba tomar en cuenta.

Sin mirar solo cerró la puerta.
- El siguiente es Choromatsu... espero poder relajarme con él. – suspiro algo esperanzado con la idea que el tercero calmará su malestar.


-

Choromatsu ¿puedo pasar?
- ¡Claro! – al oír la respuesta afirmativa no dudo en abrir la puerta viendo como su hermano estaba ya en la cama mirándole alegremente.
- Pareces un niño esperando las buenas noches. – se burló el mayor.
- ¡me gusta hablar contigo! Es una pena que últimamente no nos veamos tanto….
- ¿me extrañas?
- ¡Sí!  ¡Mucho!
- intentaré verlos más seguido – decía de forma suave mientras acariciaba su cabeza de manera cariñosa.
- ¿eh? ¿verlos? – el rostro de Choromatsu que se encontraba rebozado de alegría hace sólo un momento, mostró un gesto de asco, como si hubiera un aroma horrible en la habitación.
- bueno… somos 6 ¿no? – A pesar de ver el gesto del otro, Osomatsu siguió calmado, sabia que si nombraba a alguien más mientras estaban a solas era como programar una bomba de tiempo.

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