Capítulo 5: -¿Nadie te ha dicho que torcer los ojos es de mala educación?

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Después de aproximadamente cinco minutos —al menos lo sentí así de largos—de escuchar sus inútiles carcajadas, me moví de nuevo y decidí caminar a no sé donde, sólo alejándome de él.

— ¡Ey, espera!— le escuché decirme detrás mío— ¿Es en serio lo que dices?¿De verdad estás perdida? — asentí y nuevamente soltó una carcajada. Pusé mis ojos en blanco y solté un fuerte resoplido. Al mismo tiempo, volví a voltearme en la misma dirección en la que me disponía a caminar antes.

«Es definitivamente un imbécil»pensé.

De pronto sentí como tomaba mi muñeca y me volteó a la fuerza hacia él. «Bendito sea San Martin» y si ese no es un santo entonces pónganle ustedes el nombre que quieran, yo no sé de eso. Sentí su olor más cerca mío, era como una mezcla de cigarrillo y menta y por sorpresa me gustaba.

Acercó un poco más su cuerpo al mío y seguidamente volvió a reír.

—¿Te he intimidado?— preguntó.

«Pendejo» pensé.

—¿Qué? ¿Me has llamado pendejo? — ¡Mierda! Lo dije en voz alta.

Luego de eso reaccioné y me liberé de su mano.
Di un paso hacia atrás y luego otro.

—Nicolás, Norman o como sea que te llames, si no me vas a ayudar y lo único que harás es fastidiar entonces déjame en paz, date la vuelta y sigue en lo tuyo, ¡Simplemente no me hables!— grité cabreada.

—¡No, espera! Pensé que bromeadas. Dime, ¿Qué persona del siglo veintiuno se pierde así simplemente? ¿No sabes que existe el Internet, GPS,Google Maps?....Espera, ¿Eres una de esas personas que no usa Smartphones con la excusa de que nadie los necesita? Porque déjame decirte, que ¡SI LOS NECESITAS ! ¡JUSTO AHORA!

— Ya cállate, claro que tengo, simplemente olvidé mi teléfono en casa.

Por unos segundos ni él ni yo dijimos una sola palabra, así que miré a mi alrededor y decidí seguir caminando. Seguramente en otra calle habría más gente a quien pudiera preguntar. El reloj marcaba las 8.23 am,ahora sí que llegaría tarde. Sólo deseaba ir a casa. Caminé unos tres pasos más hasta que Norman dijo algo más.

—Esto, si quieres me puedes decir a dónde vas. Yo conozco esta ciudad como la palma de mi mano. Quizás podría ayudarte — ¿Me estaba ofreciendo ayuda?.

— ¿Ayudarme? ¿Tú?  No pareces un chico que esté dispuesto a ayudar a alguien así por que sí—respondí sinceramente.

— No es que sienta el deseo inmenso de ayudarte, pero tampoco soy tan mala persona como crees, así que lo tomas o lo dejas. No tengo todo el día para esperar a que te decidas—respondió fastidiado.

Suspiré. No tenía otra opción.

—¿Conoces la pastelería que queda cerca de Potsdamer Platz? ¿Esa con un gran muñeco de un pastelero afuera? A tres casas de ahí vivo yo, ¿Sabes cómo llegar allá ? — pregunté.

— Claro, pero pensé que querías ir a tu curso de idiomas.

—¿Ya para qué? , llegaría casi 30 Minutos tarde, prefiero decir que estaba enferma y no quedar como impuntual —respondí.

— ¿Qué escuela de idiomas es? ¿Cómo se llama?— Su tono era un poco más tranquilo, más amable.

Pro-language Institut, ¿Lo conoces?

Asintió.

—Tengo amigos que han estudiado alemán o inglés ahí, aún alcanzas a llegar. ¿Es el primer día no?— asentí— Entonces aún tienes tiempo de llegar, el primer día hacen siempre algo así  como un "acto de bienvenida" y dura aproximadamente cuarenta y cinco minutos. Si llegamos antes de 9 am estarás más que puntual.

NIKLAS I (Let me love you) Où les histoires vivent. Découvrez maintenant