- ¿Pasa algo?
- ¿Tú estás seguro de todo esto?-decidió ser directa. Sebastian parecía ahora más despierto.- Quiero decir... L-lo que hablamos.
- Sí. Estoy aquí ¿No?-se usó como ejemplo, y ella sonrió tímidamente.- Aunque no sé si tú quieres que esté.-fue otra forma de hacerle la misma pregunta. Ella se tomó su tiempo, no porque no tuviese respuesta, sino porque se había quedado prendada nuevamente de sus ojos, que ahora estaban más abiertos. Sonrió con la misma timidez.
- Claro que quiero.-él sonrió con la misma sensación y volvió a medio cerrar los ojos apoyándose de lleno en el respaldo. La chica se sentó e hizo lo mismo, y tras varios segundos con los ojos cerrados, ambos giraron el rostro para mirarse un momento, y asumir que estaban allí el uno con el otro. Después de todo.
- ¿Qué hora es?-la chica cogió el móvil de la mesilla.
- Las tres.-él fingió que pensaba.
- Eso nos da... Dos horas y media para dormir, hasta que le suene el despertador a Sandra.-Sebastian se había vuelto a acomodar hacia atrás con los ojos cerrados, pero Yaiza no había dejado de mirarle, y ahora reía asintiendo.- ¿Me odiarías si me quedo dormido?
- ¿Me odiarías tú a mí?-sintió que le daba doble sentido a la pregunta, y se le paró por un segundo el corazón al ver que él la miraba como si lo hubiese captado. Negó, con seguridad, y volvió a su posición inicial. Estuvieron así, sin hablar y sin moverse, durante al menos unos minutos, y fue el propio chico el que decidió dejar de hacer el tonto.
- Voy a tumbarme o me voy a romper la cabeza.-ella rió abriendo los ojos, y le invitó con la mano a coger sitio en la inmensa cama. El chico se tumbó de lado, hundiendo la cabeza en la almohada, y en apenas unos segundos estaba completamente dormido. Ella le observaba, y le hacía gracia el hecho de que hubiese ido a su cuarto sólo para quedarse dormido sobre su cama, y le pareció tan adorable que decidió tumbarse a su lado y esperar a que Sandra les llamase para ir a la playa.
La chica fue puntual, y llamó al cuarto de Yaiza protestando porque Sebastian no había contestado a su llamada, pero dejó la queja a medio hacer al verle durmiendo entre las sábanas de Yaiza, que se intentaba despertar entre bostezo y bostezo sujetando la puerta. Sandra no quiso comentar nada, y decidió vengarse de las interrupciones del chico anteriormente tirándole una almohada a la cara para despertarle.
Al principio Sebastian tenía cara de querer matar a alguien, pero a los pocos segundos le entró la risa y con ello vino la de Sandra, que desistía en enfadarse con él mientras se intentaba despertar acurrucándose más bajo las sábanas. Le insistieron, y sólo cuando entró Kimi dando voces Sebastian decidió levantarse para poder mandarle callar a gusto. Fue a su cuarto y se cambió, y bajaron los cuatro hacia el hall después de que todos iban con sus respectivos atuendos. Sandra y Kimi hablaban mientras Yaiza y Sebastian les bordeaban sin decir nada. Y así fue hasta que llegaron a la playa, a una zona bastante tranquila cercana al puerto.
Sandra y Yaiza se encargaron de poner las toallas después de que los chicos protestasen de la poca corriente que había que les impedía ponerlas rectas. Se sentaron y ellos con ellas, ocupando Kimi la toalla de Yaiza y Sebastian la de Sandra, pues se negaban a intentar colocar las suyas propias hasta que cesase el viento.
Hablaron durante otro rato, y cuando por fin Sebastian se sintió a gusto respecto al sol, animó a los demás a ir a darse un baño. Kimi tuvo una idea mejor, y decidió ir a por una de las pequeñas barcas con tobogán que prestaban en alquiler, y una vez la tuvo apalabrada, Sebastian salió corriendo hacia la orilla a esperarla con él. Sandra les riñó entre gritos que se echasen crema, y sólo cuando sintió que actuaba como una madre decidió callarse para pedirle a Yaiza que la diese crema. Fue a ofrecerle lo mismo, pero Yaiza insistió en que se quedaba allí sentada, con sus shorts y su camiseta blanca a evitar la luz solar y el agua salada. Sandra no intentó siquiera insistirla, sabía que no tenía solución, y fue corriendo hacia el agua para llegar a donde Kimi y Sebastian esperaban la barca. Ellos seguían con la ropa puesta, y Sebastian no pudo evitar mirar a Kimi de reojo cuando la chica se puso a su lado.
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Hayran KurguTemporada 2014. Necesitaba darle un giro a su vida, y para ello se enfundó en su mejor vestido e ideó el mejor plan posible... un plan que se le iría de las manos y que acabaría llevándola a ella y a su amiga al lugar más deseado de la manera más in...
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