—"Peter, esta mal, ambos son chicos, ¿que ejemplo le estas dando a los niños perdidos? Si no te das cuesta son todos chicos, ¡¿y si de enamoran entre si por tu culpa?!"
El chico bufo y apartó con la mano a la pequeña hada, ya estaba harto de su conducta "homofóbica", como le había dicho Jane.
— Ya callate, ¿si? ¡Lo amo, ¿bien?! — grito. —Y si no lo aceptas, es mejor que te vayas.
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—No se si me guste que veas tanto a esa tal Jane.— gruño el albino viendo a su novio.
—Oh, vamos, es mi mejor amiga.— le reclamo el de cabello castaño rojizo.
—Ajá, dile a ella, creo que no se ja enterado aún...
—No seas celoso, sabes que te amo.— lo beso, beso que Jack correspondió.
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—¡Jane! ¡Jane, Jane, Jane!— Peter golpeo la ventana una y otra vez.
—¿Que ocurre, Peter?— pregunto la chica, preocupada.
—Es que... ¡Jack me pidió matrimonio!— exclamo el chico con un tono un poco, -demaciado-, agudo.
La chica sonrió con tristeza mientras sentía su corazón volver a romperse, igual como cuando se despidió de Peter la primera vez, igual como cuando le contó que le gustaba ese tal Jack, igual como cuando le dijo que eran novios, igual que ahora... Aunque ya no había nada que romper...
—Eso es fabuloso, muchas felicidades.— la chica felicitó a su amado.
A su amor de infancia.
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—Peter... Tu no eres un adulto y estas enamorado, ¿verdad?— le pregunto nervioso uno de los niños perdidos, uno de los Mellizos.
—Si, ¿por...?— pregunto Peter.
—Es que... Creo que me gusta... Osito.— dijo bajando la mirada, completamente rojo.
Peter sonrió con ternura.
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—Y por los poderes que me confiere el Hombre De La Luna, yo los declaro, marido y marido.— Norte, o Santa Claus, miro a Jack.— Puedes besar al novio, felicidades.
Peter se lanzo a los brazos de Jack para besarlo, quien correspondió de inmediato.
Los únicos invitados eran Jane, los guardianes y los niños perdidos, con uno de los mellizos, Fabián, de la mano de Osito.
—Me prometí no llorar.— se dijo Conejo a si mismo, limpiando sus lágrimas.
Ambos chicos se tomaron de las manos y salieron volando, escuchando los aplausos de los invitados.
Ambos reían mientras volaban sobre las montañas nevadas, se sentían felices, todo era perfecto si estaban con el otro, se sentían como unos pequeños.
Después de todo era verdad, el amor es cosa se niños.
~Fin~.
