c a t o r c e

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La respuesta era sí.
Estaba dispuesto a recibir más odio de sus padres.

Castiel significaba mucho para él y no lo pensaba perder por culpa de dos personas a las cuales en algún momento llamó padres.

Se supone que tus padres te quieren.
Te cuidan.
Te protegen.
Te aconsejan.
No te pegan, ni te tienen de criado en casa, ni tratan mejor a tu hermano o hermana por cualquier estupidez.
Se supone que los hermanos tienen los mismos derechos, al igual que cualquier otra persona.

Y él no estaba dispuesto a seguir sufriendo todo lo anteriormente negativo dicho.

Pero, entonces, como si del cielo hubiera llegado la solución, su pelirrojo le recomendó algo que lo dejó bastante pensativo y sorprendido a la vez.

“Vente a vivir conmigo.”

Esas palabras dieron vueltas por su cabeza sin parar.

Como no sabía qué responder, Castiel le propuso al menos ir a su casa para conocerla y el rubio, bastante perturbado y nervioso, aceptó.

Y allí estaba. Caminando hacia la dirección que su chico le había dado.

Las manos le sudaban y las piernas le temblaban. Iba a ir por primera vez a casa de su novio. ¿Cómo no estar así?

Llegó a una casa que por fuera lucía como todas las demás, pero, cuando tocó el timbre, se encontró con alguien que no tienen las demás casas.

Su alguien.


Inesperado [CastielxNathaniel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora