Capítulo 5: Nadie se lo esperó

43 7 4
                                    

El tigre todavía esperaba una respuesta de su parte; parecía que no tenían pensado que estar solos con el popular sacaría a luz algunas cosas de él. Viendo que no dirían nada, no pudo más que resignarse.

Gerardo:(resignado) Bien, os lo entiendo. No queréis que vuestros secretos salgan a luz, ¿cierto?

Amanda:(con tono un poco molesto) No creas que por ser extranjeros, tienes mucho valor.

Gerardo: ¿De qué estáis hablando, mujer? Sólo le aseguro que vos no se tenéis que preocupar. Eso sí, con una condición.

Kevin:(pensando) Pedirá que Amanda sea su novia; después de todo es lo que hacen los chicos como él. ¿Qué otra cosa pediría?

Ambos amigos se volteaban hacia el felino para recibir el detalle. Sin embargo, la respuesta estuvo más allá de lo que pensaban; la petición de por sí era muy rara en los populares.

Gerardo:(serio) ¡Ayudadme a hacer un manga!

Kevin y Amanda:(sorprendidos) ¡¿QUÉEEE?!

Gerardo: ¡Oh, por favor! ¿Qué pensabais que les diría? ¿Acaso eso les genera un problema?

Amanda: Primero: ¿por qué quieres hacer un manga? Segundo: eres popular-algo que tienes a tu favor- y Tercero: ¿por qué nosotros?

Gerardo: ... (soltando unas risitas) Amiga mía, se nota que olvidáis un detalle.

Amanda:(furiosa) ¿Cuál?

Gerardo:(tomando pose de Cuauhtémoc Blanco) ¡¡¡¡¡SOY 100% OTAKUUUUUUUU!!!!! (viendo a la felina) De seguro fue impensable, ¿verdad?

En todo ese tiempo, Kevin no dijo ni una sola palabra, permanecía callado hasta que el tigre se dio cuenta.

Gerardo:(mirando hacia Kevin) Oye canino, ¿por qué no dices algo?

Amanda: Déja en paz a mi...

Gerardo: Tranquila, lo dije a broma. Pero en serio, di algo.

No era de mucho conversar cuando se trataba de hacer un manga. Sólo escribía por diversión y a la vez, como memoria de su difunta madre. Por eso no había dicho algo en todo ese tiempo; ahora tendría que decirle la verdad...

Kevin:(serio) Mi madre era... Makoto Surimatsu.

Gerardo:(asombrado) ¡¿QUÉEEEE?! ¡¿Surimatsu?! ¿La autora de Anata ga koko ni ita baai?

Kevin: Ese era un pseudónimo.

Gerardo: ¿Eh?

Kevin: Se llamaba Alejandra Chávez. Mi padre, Eugenio Álvarez, nos dejó por un tiempo; siempre creí que nos abandonó y mamá pensaba lo mismo...

El recuerdo le surcaba en la cabeza. Las lágrimas salían de sus ojos, inadvertidamente. Sin duda, lloraba por lo duro que fue. Amanda y Gerardo no sabían qué hacer; lo único que hacían era ver. Después de unos segundos, se calmó y se secó las mejillas. Inhaló y exhaló para no caer en un llanto inconsolable.

Kevin:(calmado) Luego del funeral..

Gerardo: Ya entiendo... tu madre murió.

Una sombra parecía encimarse. Su postura cambió, dejó de ser por un instante aquél popular famoso. Ahora lo veía de otra forma.

Gerardo: Entiendo que su muerte te haya causado un trauma que difícilmente logre superarse. La razón por lo que les condicioné algo así es porque poseen un talento fantástico; pensaba que ese proyecto me apartaría de mi forma de ser...

Los dos lo veían extrañado. ¿Por qué querría ser menos popular? ¿O eso le aumentaría más? No lo sabían, pero algo era seguro: le caían bien.

Gerardo: Lamento la molestia (pasando en medio de ellos). Con permiso.

Ya se había ido. Parados en el marco, con sus libretas en las manos, cruzaron el pasillo hasta la salida. Recogieron el desastre del auto, se subieron, y Kevin arrancó para volver a sus casas. El tema les dejó sin habla.

Mientras eso ocurría, el directorio estaba semi vacío. Luis, el docente del salón de Kevin, dejaba unos cuantos libros. El director lo esperaba con ansias.

¿¿??: Una más que terminas, ¿no?

Luis: Eso no te incumbe.

La silla volteó lentamente. La directora, una loba de 22 años, lo veía con cierta satisfacción. Se notaba que el desdichado le parecía atractivo.

Jimena:(sonriendo) Vamos, ambos sabemos que no te queda de otra. Si quieres una relación durarera, aquí estoy para vos.

Luis: Ya te dije, no.

Jimena:(acercándose) ¿En serio? ¿Y, por qué sois tan guapo?

Luis: Ya le dije que no quiero nada con vos. Además, usted me gana por dos años.

Jimena: No hay edad para el amor (acercando aún mas su pecho). Al menos hay que intentarlo...

Luis:(enojado) ¡Ya le dije que no!

La empujó para atrás, tocando sin querer sus senos. Enrojeció por lo que había hecho.

Luis:(avergonzado) Perdón, n-no quería hacerle eso...

Jimena:(un poco sonrojada) Descuida, no pasa nada. Y en cuanto a...

Luis: Usted sabe mi respuesta; y menos si insiste.

Se marchó del lugar con el ceño fruncido. Se notaba lo lejos que quería estar. La mujer se quedó sentada, con una cara de decepción.

Jimena:(susurrando triste) ¿Qué es lo que me pasa? ¿Es por algo que hice mal? Dios, ¿por qué no quiere salir conmigo? 

Y es que en verdad sentía algo por él. La primera vez que se le lo dijo, sin embargo, pareció no tomarlo muy en serio y sólo esperó que fuera pasajero. Ahora, más que nunca, anhelaba estar con él, ser su novia, ser... su esposa.




Entre el Manga y el Amor (furry/humor/romance)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora