Capítulo Extra

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Estábamos disfrutando una linda velada en nuestra nueva casa, en la cual yo viví mi infancia y adolescencia aquí, mis papás compraron otra casa cerca de la playa para ir en vacaciones. El olor a asado llegaba hasta el cuarto, Simón era el asador de la noche. Habíamos armado una mesa en el patio acompañada con luces y velas. La noche estaba cálida y la luna más brillante que nunca.

Itzel jugaba con sus muñecas, Nina, Ámbar y Luna charlaban y por nuestra parte Gastón y yo discutíamos.

-¡Gastón! ¿Cuándo te animarás a proponerle casamiento?

-Pensaba hacerlo hoy pero no sé, no me animo ¿no crees que es muy apresurado?

-¿Muy apresurado? Tuviste una hija a los 23 años, por favor. Luna me estuvo contando que Nina está muy ansiosa, creo que es hora hermano.

-Si tienes razón.

-Y si no quieres sentir vergüenza acuérdate de mí y en cómo le propuse casamiento a Luna a las cuatro de la mañana-río.

-¡A comer!-gritó Luna que estaba vestida con un vestido que remarcaba su figura, cada día se ve más linda.

Todos nos sentamos, el asado se veía fantástico y rico. Gastón se paró y aplaudió.

-Un aplauso para el asador ¡Simón te pasaste!-todos aplaudimos.

-Gracias, gracias-comentó Simón, Ámbar lo besó. Estaban muy felices juntos.

-Antes de comer-siguió Gastón-Quería decirle algo a Nina, más bien proponerle.

Nina lo miró confundida y sorprendida. Salió de su asiento y fue corriendo hacia él.

Gastón se arrodilló y saco una pequeña caja que contenía un anillo dentro.

-Nina, quieres hacerme el hombre más feliz y ¿casarte conmigo?

-Sí-dijo Nina con lágrimas en los ojos-¡Sí! ¡Obvio! Te amo, Gastón.

Cenamos todos juntos acompañados de risas y anécdotas. La pequeña Itzel se quedó dormida, mientras los demás comían el postre, tomé a Luna de la mano y la lleve al árbol en donde habíamos apreciado miles de amaneceres.

-¡Matteo! Nuestros invitados están abajo no podemos venir y escondernos aquí.

-Ay Luna, solo un rato. Vengo aquí y pasan por mi mente millones de recuerdos juntos.

-Mi amor, van a venir muchos recuerdos más por delante.

-Tengo muchas ansias por disfrutar todo lo que venga, hijos, viajes, proyectos juntos.

-¡Yo también! Te prometo que vamos a construir nuestra felicidad todos los días.

-Qué más da, lo que siento es diferente si tu estas-comencé a cantar.

-No me importa lo que tienes para dar-siguió ella.

-En tus ojos puedo estar...

-Si me miras no precisas hablar...

-Tal vez eres mi otra mitad-cantamos al unísono y unimos nuestros labios en un largo beso. La amo y la amaré el resto de mi vida.


Conmigo no, Valente. [Lutteo] #SevillaAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora