Canciones de naufragio

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Sueño que en las avenidas de las noches

una voz romperá el llanto del silencio,

que se escudarán en mi cuerpo tendido

las sombras entumecidas de miles de ausencias.

Hay en mí, en mi alma y en mis tinieblas,

en mis insomnios, mis días sin sol y mis penas,

ángeles caídos, susurros del viento abandonado.

Abandonada e yerma soledad que me quiebra.

Abandonada luna, blanca de nostalgia

y ciega de penumbra, que cuelga del cielo

y abre grietas de destellos en la noche.

¡Cómo quise, y cómo se tragó mi amor la niebla!

En los huecos y mustios acantilados, ¿no lo oyes?

El mar canta canciones de naufragio

a los marineros que aman a sirenas,

las olas se marchitan en las playas

y borran las huellas de los enamorados.

Se desmoronan los caminos que llevan al cielo,

llueven los restos de viejas pasiones y ternura perdida.

¡Cómo quise, y cómo se tornó mi amor en hastío!

Me dijo una vez un ángel caído

que había ya el crepúsculo en la luz del alba.

En tu cuerpo fulgurante hallaba el reposo mi alma,

se posaban en tus labios húmedos los anocheceres

como pájaros en celo ardientes de deseo y vicio,

y hacían del reflejo de la luna nidos en tu piel.

Abandonada luna, ya sin piel donde retratarse,

sin ojos galanes que la seduzcan, sin lugar en el cielo.

Que ahora hay en mí un espejo maligno

y en el espejo hay mi sueño quebrado.

¡Cómo quise, y cómo me perdí queriendo!


Canciones de naufragio y otros poemasWhere stories live. Discover now