Mi juego prohibido

Detención

Mi día siguió como cualquier otro, no solo fui aburrido sino que tuve que soportar los retos del profesor boock si no que también sus chistes de mal gusto y susurro de los alumnos y sus malditas preguntas que solo me fastidiaban mas el día, solo quería  irme a casa, no hablo del la puñetera habitación  que tenia no, sino que solo quería estar en casa en MI CASA.

Le conté a mi amiga lo sucedido, y lo que contesto  fue un grito que llego a oídos de media universidad y por supuesto a mi me rompió mis delicados tímpanos.

                                                                           flasback 

-¡¿Donde coño te habías metido?!- Con solo decir eso ya notaba el enojo en sus ojos por haberla dejado sola en media universidad .

-Emm... s..o..l..o- Me corto de inmediato, notaba el enfado en sus ojos  

-lesly dime lo paso. ¿Es algo malo?- Digo un poco mas tranquila y con preocupación

-No, solo me trompese con un idiota y su amigo- Me miro media extrañada pero la ignore 

-¿Segura que no sucedió nada? -  Volvió a preguntar, y ya estaba agotada que preguntara mil veces ese puta pregunta 

-No, sabes que sucedió me encontré mas que nada me tiro al suelo el idiota del amigo de Cameron, SI EL FAMOSISIMO CAMERON TANNER - Dije antes de que su grito sobresaltara a todos los niñatos de mi curso.

-¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!- Tarde, demasiado tarde su grito me dejo mis oídos aturdidos ni cuando era pequeña grite de esa forma, si lose por ahí mi amiga es demasiado psicópata y reacciona de una manera un poco desagradable. 

-Señoritas a detención- Dijo el profesor mas que profesor viejo amargo, nos miraba desafiante ya que ninguna de las dos ni nos imputamos a movernos.           

                                                           fin de flasback                              

De pronto ya estaba en la puerta de detención estaba agotada, no estaba agotada por ir al instituto si no de pensar de que abría echo en mi país en mi casa y con mis amigos 

Mis amigos eran excelentes y mas que lo eran mis primos y sus amigos, por ahí piensan que los primos cumplen el rol de hermano mayor, de protector, ya lo se era la única mujer en la familia pero no cumplían el rol de cualquier familia normal esta era distinta diferente a todas las demás, esta era especial o eso me hacían creer, hasta que pude ver con claridad y supe lo que en verdad pasaba.  

Mis primos eran especiales, eran los 5 idiotas mas  populares del colegio y a pesar de lo rompe corazones que era a mi me cuidaban y me protegían como lo necesitaba y hasta que se mudaron a california si donde vivo yo hace 2 meses, no los e visto ni tampoco saben que estoy aquí, y tengo miedo de verlos no por el echo de que me dejaran sola allí con el bastardo de mi padre que lo único que hacia era golpearme y abusar de mi como un estúpido juguete. 

Gracias a eso hoy no puedo tener hijos por el daño que genero en mi cuerpo, no solo abusaba de mi si no también de mi madre, por ese motivo llegue al mundo.

De solo pensar en que no podría dar una vida como cualquier mujer lo desea, me deprimía bastante, mucho por decirlo, yo deseaba con todas mis ansias en tener una niña de mi sangre, hacerla feliz que es lo que nunca hicieron mis padres, poder abrazarla y estar orgullosa por tener una hija como la que podía haber tenido. Pero no solo podría adoptar si es que podría, ya que es muy difícil hoy en día, no tenia nada en contra de la adopción solo que quería y deseaba tener mis hijos de MI SANGRE.

Mi única salvación era mi abuelo que el me cuidaba como su hija el cumplía el rol de padre, el verdadero padre que una niña de 6 años necesita y los cuidados y cariños que requiere. Pero lo único que mis padres hicieron era embriagarse y golpearme, solo mi padre obligo a mi madre a meterse en las drogas y en alcohol, entonces mi madre empezó a golpearme solo me golpeaba hasta que un día mi abuelo nos saco a las dos de aquella miserable vida.

Ese día nuestras vidas cambiaron de mal a bien.

-les- Dijo mi amiga, un poco perdida. 

-¿Si?- Dije un poco aturdida de tanta mierda en la que viví.

-Ya vayámonos, termino la hora de detencion, si te quieres quedar quédate yo me largo- Dijo con fastidio en su voz, siendo yo la que tendría que estar enfadada.

Salimos de ese lugar espantoso que no lo quería ver ni en pintura, el primer día de universidad y ya metida en problemas, no era mi día hoy.

 Definitivamente no lo era.