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La arena suave se deslizaba junto a los dedos de Hugh por los hombros y la espalda nívea de Evan, expuesta a la luz del ocaso y húmeda con el sudor del cuerpo y la sal del mar. Beso el pequeño espacio entre la clavícula de quien reposaba sobre sus piernas, apretando entre los labios y la lengua esa piel deliciosa que deseaba saborear íntegramente. El menor continuaba acariciándole el cabello con masajes circulares, perdiendo el ritmo y la concentración con cada nuevo beso repartido al azar en sus pectorales, calentándole la sangre a fuego lento.

En esas aguas paradisiacas de Australia habían encontrado refugio temporal, a salvo de los carroñeros y de todo aquel que osara poner en duda sus sentimientos, eran capaces de entregarse sin tabúes que los detuvieran, disfrutando el camino que antecedía la catarsis esperada. Las velas alrededor peligraban con apagarse, ondeando sus flamas con el viento y la brisa marina que envolvía el acto.

Pequeños vaivenes de subidas y bajadas le dejaban conocer a Hugh la magnitud de la erección de Evan, friccionándose contra su miembro viril en medio de la tibieza de sus abdómenes en contacto. Cada recóndita parte de su cuerpo que rozaba la piel del otro parecía contraerse, mientras Evan disfrutaba con su expresión de placer aumentando la intensidad de las caricias, ahora espaciadas por el cuello del moreno.

Hugh dirigió la atención a las nalgas del hombre, repasando con las palmas extendidas ese trasero bien delineado, escapándosele un gemido fuerte cuando la succión repentina en sus pezones se mezcló con el jalar de unos dientes salvajes, aumentándole la irrigación sanguínea donde ya no podía manejarla. Tomo a Evan entre sus fornidos brazos y lo estampo contra la arena apagando unas cuantas velas con el impulso, abriéndole las piernas con sus codos para bajar con besos mojados hasta el también mojado falo del menor, internándolo en su boca codiciosa, acelerando el ritmo de las lamidas proporcional a la intensidad de los suspiros del peli teñido, dejándolo a punto de derramarse antes de soltarlo y dirigir su propio miembro a la entrada palpitante que le hacía recibimiento.

Hundiendo la espalda en la incómoda arenilla movediza Evan se dejó penetrar, curvado la columna a medida la longitud de Hugh era envuelta por su cálido interior, abriendo los labios en silencio solo para sentir la lengua de su amante internarse en su boca, siendo completamente vulnerable ante los dominios de Hugh Jackman sobre su cuerpo anhelante. El moreno salió y volvió a enterrarse en él, cerrando los ojos y tensando la mandíbula a expensas del gozo.

Se fueron intensificando las punzadas, cada vez más profundas, cada vez más excitantes, Hugh acariciando con su glande el punto más sensible dentro de Evan, acallando sus suplicas con besos y saliva, volteándolo de las caderas para posicionarlo de manos y rodillas en la orilla donde ahora los alcanzaba la marea inclemente, entrando tan profundo que sus testículos resonaban al chocar con los del menor, afirmando el pene chorreante de Evan al momento de acabar sonoramente y entregarle las débiles contracciones en su interior que le hicieron derramarse también, recostándose ambos sobre el mar templado que cumplía de testigo.

Recuperando la respiración a duras penas Evan se acercó, recostándose en el pecho de Hugh como tanto amaba hacer, sin complicaciones que le turbaran los pensamientos, sin más que sexo, placer y alegría llenándole los recodos de la mente.

De pronto había olvidado a Emma, la difícil entrevista y cada estupidez que el mundo pudiera soltar en su contra. Hugh se incorporó levantándolo en sus brazos por consiguiente, obligándolo a contemplar el horizonte estrellado e inmóvil, internándolo junto a él en el agua salada para continuar amándose de una y mil formas. 




N.A: espero les guste este nuevo cap, no olviden votar y dejar sus opiniones.

SecretoWhere stories live. Discover now