Se bajó del autobús caminando lentamente a su destino, no creía que Yongguk estuviese despierto a esa hora, pero prefería estar solo un poco más. El viento mecía con suavidad sus cabellos mientras que unas cuantas hojas caían al suelo recordándole que faltaba poco para el otoño, haciéndolo sentir nostálgico, al igual como las hojas de los arboles caían, él sentía que su amor se iba marchitando y no había podido hacer nada para evitarlo, salvo contemplar como sus recuerdos juntos parecían ser olvidados y llevados con el viento.

Encendió un cigarrillo dándole una honda calada, Taekwoon ahora estaba con otro chico y él había sido lo suficientemente ingenuo para creer que lo escogería a él, se preguntaba una y otra vez ¿Dónde se habría ido el amor que decía sentir?, aún le costaba trabajo convencerse de que todo hubiese terminado tan de prisa, nunca se creyó listo para enfrentar el momento en que el mayor lo dejara, ni si quiera pensó en que su relación hubiese terminado del todo, aún aunque estuviese a miles de kilómetros de distancia. Le terminaba de partir el corazón darse cuenta que se había equivocado. Pero ya era momento de comenzar a sanar sus heridas y comenzar una vez más, aunque sentía que nada tenía sentido si no tenía a Taekwoon a su lado, pero sabía que no podía echarse a morir y que era momento de que tomase los pedazos de su corazón roto y tomaran caminos separados.

Estaba preparado para el otoño, estaba listo para ver como todo en lo que creía se estaba marchando, estaba preparado para ver las hojas caer y como los colores se convertían en oro y se marchitaban.

Estaba casado de sentir que se estaba destruyendo a sí mismo aferrándose a imposibles, se mantuvo paseando por un largo rato mientras se perdía en sus pensamientos, al llegar al departamento notó que Yongguk estaba despierto componiendo nuevas canciones para su banda y que al verlo su expresión serena cambio rápidamente a una de preocupación.

-¿Qué ha pasado? – Le preguntó preocupado acercándose a él y envolviéndolo entre sus brazos.

-Se ha acabado – Susurro sintiendo como toda la tristeza volvía a él de golpe. Yongguk lo había guiado al sofá sin dejar de abrazarlo, mientras que él comenzaba a contarle todo lo que había ocurrido, comenzando a llorar nuevamente humedeciendo la playera del otro, sentía que su tristeza no acabaría nunca y ya estaba más que cansado de sentirse a sí de débil.

-Realmente estoy odiando a ese idiota de Taekwoon, miren que hacer sufrir de esta manera a mí Sikie– Decía apegándolo aún más a su cuerpo mientras le acariciaba el cabello con cariño. –Ya vendrán días mejores-

-Eso espero Guk – Murmuro relajándose con sus caricias, hasta que se durmió.

Abrió los ojos al sentir los rayos de sol en su rostro, aún le dolía a horrores la cabeza, hace mucho tiempo que no tenía una resaca así de espantosa, se levantó a buscar una botella de agua y observo la hora en el reloj de la pared notando que eran casi las 3 de la tarde, Yongguk le había dejado una nota diciendo que saldría y volvería a la noche y casi sin pensarlo recordó 6la nota del chico que había conocido, estaba dudoso sobre sí debería llamarlo o no, le daba muchísima vergüenza, aunque no era como si se estuviese comprometiendo a algo, ese chico solo mencionaba que quería conocerlo, no era como si le estuviese proponiendo matrimonio o algo así y en ese momento no le venía mal conocer a alguien, necesitaba distraerse y dejar de pensar en Taekwoon de una vez por todas. Saco la botella de agua del refrigerador tomando un trago mientras iba a buscar su celular y la nota, no perdía nada con llamarlo, tomo el papel entre sus manos y marcó el número que allí salía, sintiendo una creciente ansiedad al escuchar como contestaban la llamada.

-¿Diga? – Escucho decir a una voz varonil y él se sintió tentado a colgar la llamada, ¿Qué estaba haciendo? - ¿Diga? – volvió a preguntar el chico y Wonsik carraspeo llamando su atención.

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