Capitulo 1: Proxima parada "tu y yo" (presente)

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Siempre la veia, tomando el tren a tiempo o logrando entrar antes de que las puertas se cierren. Creo que solamente iba al colegio para poder viajar con ella, siempre estaba sentada en el asiento individual junto a la unica ventana que no estaba escrita, en el tercer bagon de atras para adelante , y yo parado junto a la puerta , en el mejor lugar para poder verla. Era raro enamorarse de alguien que solo veia unos minutos cada dia. Capas ella siempre supo que la observaba, que solo tenia ojos para ella. 

Hay un dia en especial que no olvidare, el tren ya estaba por partir, y yo esperaba por ella, las puertas debian cerrarse en cualquier momento, y ella no aparecia por ningun lado, de pronto la vi correr, estaba a menos de un metro de la puerta, y silbato sonaba, las puertas se debian cerrar, ella dio un salto para entrar, lo logro, entro por la misma puerta donde siempre la observaba, donde cada dia me enamoraba mas de ella, me distrajo su figura, hasta que senti un pequeño sonido en el suelo, se le habia caido un cuaderno al saltar,  sali rapidamente para poder tomarlo del suelo, cuando lo tenia en mis manos, y dirigia mi mirada hacia ella, las puertas del tren se cerraron, ella me miraba desde la pequeña ventana de la puerta, ¿estaba sonriendo?

 Siempre llevaba su cuaderno en mi mochila para poder entregarselo, pero no la volvi a ver por un tiempo largo. Intente encontrarla, tomando el tren en diferentes horarios, pero no tuve suerte. 

huno un dia que estaba por dejar su cuaderno, no se porque lo lleve, ese dia la volvi a ver, sentada en el mismo lugar, en el mismo vagon, en el mismo tren. Me distraje nuevamente con su figura, con su belleza, con la inocencia que mostraba. En mis pensamientos aparecio su cuaderno, saque aquel cuaderno de mi mochila, me acerque a ella lentamente, ¿Por que estaba nervioso?. Se dio cuenta de que me acercaba a ella, levanto su mirada y me miro a los ojos, y volvio a bajar su mirada, esos segundos que tuve sus ojos en los mios, esa inocencia mirandome, solo a mi, fueron el tipico cosquilleo en el estomago. Me arrodille frente a ella, como si le estuviera por proponer que fuera la mujer de mi vida, aunque desde la primera vez que la vi, lo fue, puse su cuaderno en sus regazo, me volvio a mirar directo a los ojos, de nuevo el cosquilleo, sonrio, y me dio un beso en la mejilla, me habia enamorado, se levanto del aciento, y bajo del tren. Me quede sin alientos, sin reaccion, no podia levantarme, debia analizar ese momento, esa situacion, estaba tan perplejo que ese dia llegue bastante tarde al colegio, pero nada, ni nadie podria borrar esa sonrisa estupida de mi rostro.

Abri la puerta del salon de clases, todas las miradas se dirigieron hacia mi, pero la que sobresaltaba era la del profesor de matematicas

-disculpe la tardanza, profesor -su mirada me inquietaba, me ponia nervioso, pero no dejaria que la sonrisa se me borrara.

-alumno, sientese rapido por favor -su voz era de total dominio, su imagen, voz, y actitudes demostraba que aquel profesor no tenia nada de sumiso. Suspire y me dirigi a mi haciento, junto a Fernanda, una de las pocas amigas de verdad, la conoci desde que eramos chicos, desde jardin de niños. Nos hicimos amigos en un momento raro, siempre fui el tipico chico timido, vergonzoso y sumiso, si tuviese que ser el personaje de algun libro, seguramente no seria el protagonista, no tengo la fortaleza, belleza, ni la capacidad de un protagonista, seria mas como el personaje secundario, o la chica rubia que se muere primero en una pelicula de terror, pero no soy mujer, ni soy rubio, ni esto es una pelicula y mucho menos de terror. 

-hola Aharon -Fernanda fue la primera en saludar, estaba recostada sobre la mesa, los brazos cruzados, usandolos como almohada.

-hola fernanda -le sonrei, era con una de las pocas personas con la que podia mostrar mis sentimientos tal cual eran, con ella era tan trasparante como se podia ser.

-¿que te paso? -siempre preocupandose por mi, como aquel dia que nos conocimos, era el chico nuevo, y no conocia a nadie, en la hora del descanso me sente en un rincon solo a ver jugar al resto, de pronto unos cinco compañeros se acercaron a mi, y comenzaron a hablar, de un momento a otro se volvieron mas bruscos con sus preguntas, un poco mas violentos en su forma de mirarme, y comenzaron a molestar al niñato nuevo, Fernanda aparecio de quien sabe donde, tirandoles pequeñas bombas de tierra, directo a sus cabezas, los cinco salieron corriendo, la mire, era una pequeña revoltosa, tenia los cachetes sucios, y se acerco a mi, se sento a mi lado y me sonrio, desde ese dia, esa revoltosa nunca mas se volvio a separar de mi.

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