Charla

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Me acosté en mi cama. Estaba sumamente agotada. Refunfuñé en mi almohada y solté un leve quejido.

Esto era un sueño. Un sueño muy extraño.

-Hey, Korra -Oh, era Kuvira, mi compañera de cuarto, mejor amiga desde la primaria, capitana del equipo de basquetball y mi camarada en los entrenamientos nocturnos. Ni me había dado cuenta que ella estaba aquí.

-Oh, hola. -Murmuré, aún teniendo en mano la tarjeta que Asami me había dado hace unas horas.

-¿Te encuentras bien? -Preguntó mientras se sentaba en el borde de mi cama -Te ves como si el mundo hubiera terminado para ti.

-Ya no sé qué pensar, Kuvira... -Solté en mi almohada, para luego sentarme en la cama y soltar -Verás, todo pasó con el plan que te dije anoche.

-¿Conquistar al idiota de Mako? Me acuerdo -Habló despectivamente.

-Sí, eso. -Tomé una bocanada de aire, y expulsé -No pude confesarme.

-¿Y eso? Hasta me pediste que me pusiera una máscara de chico para practicar, porque Naga no entendía el lenguaje humano -Comentó con mucha sorpresa.

-Lo sé, y aprecio mucho eso pero... -Agaché la cabeza y suspiré -ocurrió algo.

Mi amiga afirmó con la cabeza. Es momento de decirle.

-Antes de confesarme... Mako se fue a hablar con alguien. -Kuvira hizo un ademán para que siguiera -Ese alguien era Asami Sato. -Otra vez afirmó. No era la primera vez que lo hacía. Cada vez que me proponía algo con un chico, ella siempre entraba en escena y me lo robaba. Aunque hoy... -E incluso estaba maldiciendo a Mako, cuando de repente... Asami se me acercó-

-Alto ahí. -Ordenó Kuvira. -¿Me estás diciendo que la famosa Asami Sato, quien, según dices, te roba tus conquistas para humillarte, se te acercó?

-Sí. Y lo peor... -Sentía que mi rostro iba a arder, pero no podía detenerme. -Ella... me coqueteó.

-¿Que ella qué? -Preguntó asombrada. Yo afirmé con la cabeza

-¡Ella me coqueteó! -Exclamé mientras me tiraba de espaldas a la cama -¡Se acercó hacia donde estaba! Me coqueteó abiertamente masajeando mi... ¡Mi trasero! ¡¿Puedes creerlo?! -Extendiendo la tarjeta hacia el techo -¡E incluso me dio esto con su número! ¡Ésto es hilarante!

Kuvira agarró la tarjeta, la observó detenidamente y afirmó con su cabeza.

-Es curioso -Dijo mientras me devolvía la tarjeta -No pensé que ella se confesaría tan rápido.

-Lo peor es que- espera. -Cuando dijo eso, mis ojos se abrieron como platos y me incorporé casi de inmediato -¿Qué es lo que acabas de decir?

-Eso mismo. No pensé que ocurriese tan rápido -Respondió levantando apenas sus hombros -Mira. No todos lo del campus saben porque o andan tras ella o la odian. Pero si miras detenidamente su actuar, puedes deducir que ella va tras de ti.

-Deja de decir estupideces, Kuvira -Le resté importancia -Además ¿Por qué fijarse en una basquetbolista como yo? Eso es ilógico. Ella debería estar... no sé, con Mako.

-Eso tienes que hablarle con ella -Sonriéndome de lado -Y ya que tienes su número ¿Por qué no hacerlo?

-¡Eso es una locura! -Exclamé horrorizada.

-No lo creo así. Si ella te dio su número, es para que la llames ¿No? -Afirmé con la cabeza -Y ella misma te dijo que lo hagas -Otra vez asentí -Entonces debes hacerlo.

-Pero... ¿y si ella solo juega conmigo? -Le digo con un poco de miedo -¿Y si es una forma de... humillarme?

-Si llegase a pasar eso -Chocando su puño derecho en su mano izquierda -Lamentará haberse metido contigo.

-Gracias -Respiré profundamente, y agarré mi teléfono móvil -Es ahora o nunca... -Me dije a mí misma, para luego marcar el número de la tarjeta.

Sonó una, dos, tres veces. A la cuarta negué con la cabeza y suspire. Corté y me recosté en la cama.

-¿No atiende? -Afirmé con la cabeza -Quizá esté ocupada.

-Supongo. O simplemente no me quiere atender -Añadí con un suspiro -Por lo menos lo intenté.

-Tienes razón. -Levantándose de mi cama - Ahora me iré a bañar. Luego pondremos una películas para ver juntas ¿Te gusta esa idea?

-Por supuesto -Le sonreí mientras ella ingresaba a ese cuarto.

Cuando me dispuse a dejar mi celular en la cama, éste sonó indicando que me había llegado un mensaje. Apenas vi el número, tragué en seco.

Era Asami.

El mensaje era simple y lógico. "¿Quién eres?" estaba escrito. Dando una bocanada de aire, le respondí "Soy Korra". Apenas lo envié, traté de relajarme pero me fue imposible: a los pocos segundos, ella me respondió "Llámame". Sintiendo que mi cuerpo traspiraba en frío, me di auto valor y le llamé de vuelta. Luego del segundo tono, ella atendió.

-Korra~ -Aunque estuviese al otro lado del teléfono, hasta podía sentir su presencia cerca de la mía.

-¡H-hola Asami! -Tartamudeé. Debes concentrarte Korra -¿C-cómo ha ido el día? -Brillante. Muuuuy brillante.

De fondo pude escuchar que ella se tiraba en la cama. -Mi día ha sido muy, muy aburrido. -Admitió con sumo cansancio -Negocios por aquí, confesiones por allá, nada importante. -Su vida era mil veces más emocionante que la mía -Salvo el hecho de que, como de costumbre, no he dejado de pensar en ti~

Mi rostro ardía y trataba de parecer lo menos nerviosa posible (agradezco que ella no está enfrente de mí. Si así fuese el caso, ya estaría completamente humillada).

-¿Por qué dices que fue aburrido? -Pregunté al tiempo que miraba hacia la ventana. Ya era de noche, por lo que se veía todo oscuro.

-Todo es monótono. Mi padre desea que herede su puesto en el mundo del negocio y, por ello, me lleva a varias juntas. -A juzgar por el tono, podría pensar que ella está cansada.

-¿Deseas eso? Es decir, seguir los pasos de tu padre. -La sorpresa aún estaba en mí. Me era extraño saber que no le agradara ese tipo de eventos.

-Sí. Quiero honrar a mi padre, y por ello estoy en esta universidad. Pero me veo más en el área de ingeniería -Admitió suavizando la voz.

-Entonces deberías enfocarte más en ello.

-Lo pensaré, Korra. -Luego de unos segundos, ella soltó un suspiro y prosiguió -Me encantaría seguir charlando contigo, Korra, pero tengo cosas que hacer ¿Te apetecería si arreglamos para juntarnos este fin de semana?

-¡Seguro! Estaremos en contacto -Añadí con una sonrisa. No creí que hablar con ella unos segundos me relajaría así.

-Excelente. Entonces tendremos nuestra cita. -¿C-Cita? -Hasta pronto Korra~ -Con esa frase colgó.

Quedé estática con el teléfono en mi oreja. Había olvidado por milésimas de segundos que ella tenía dobles intenciones conmigo. Y ahora tenía una cita con quien pensaba que era mi mayor enemiga.

Asami SatoWhere stories live. Discover now