8. Pillados

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Al segundo, estábamos liándonos otra vez. Jacob me quitó la camiseta, pero yo tenía muy claro que no quería que esto llegase a mucho más, ya que solo tenemos 14 años. De repente, alguien llamó a la puerta. Cogí mi camiseta, y sin poder ponérmela me metí corriendo al armario, cerré la puerta suavemente y me pusé la camiseta por delante para al menos taparme un poco.
-¿Sí?- dijo Jacob.
Oí como la puerta se abría, y unos pasos avanzar un poco.
-Ah, eres tú George- añadió Jacob.
"Mierda, mierda, mierda, seguro que nos pilla"- pensé.
-Quería saber si estabas bien, creí haberte oído hablar, y pensé que necesitabas algo- dijo George.
"Si es que, en el fondo es un amor mi hermano, va un poco de duro, pero tiene un corazoncitooo..."- pensé.
Me empezó a picar la nariz, y de repente me dí cuenta de que en el armario de la habitación de invitados, mi padre guarda el abrigo que me da alergia, porque siempre me hace estornudar, siempre, si el que tengo al lado.
"Mierda, es inevitable"- pensé y al cabo de 2 segundos, estornudé.
-¿Ehhh, qué ha sido eso?- oí que preguntaba mi hermano -viene del armario- dijo mientras escuchaba su voz cada vez más cerca. Me tapé la boca con una mano para no hacer ruido, y de repente el armario se abrió, y vi como George abría lo ojos como platos, y yo rápidamente me pusé la camiseta.
-¿Qué cojones está pasando aquí?- preguntó enfadado.
-Yo... Ehh- dijo Jacob.
-Tuu...- dijo George señalando hacia Jacob y acercándose a el -como le hayas puesto un solo dedo encima a mi hermana...- apretó los puños y levantó uno en dirección a su cara. Pero, antes de que pudiese hacer nada fui corriendo y me puse en medio de los dos.
-George para!- dije levantando los brazos para que no le hiciera nada - no es lo que parece- dije.
- ¿Cómo?¿Qué no es lo que parece? Porque a mi me parece que si lo es, mi hermana pequeña de 14 años se estaba enrollando con su primo en su cama sin camiseta- me dijo mirándome con cara de asco. Eso fue lo que más me dolió, la cara que me puso.
- Joder George, no lo entiendes, le conocí en la fiesta del otro día, y nos liamos, y cuando vino a casa ayer, flipamos porque no sabíamos que éramos primos, y no lo somos, nuestros padres lo son, nosotros no, y le quiero, vale? Se que es muy pronto para decirlo pero le quiero, además no íbamos a hacer nada- le dije llorando. Me estuvo mirando un rato, y se dio media vuelta.
- Me dais asco- me dijo sin mirarme mientras se iba hacia la puerta. Y pensé. ¿Qué podía hacer?
- George, ¡caracola!- grité, y se paró de sopetón, vi como Jacob me miraba extrañado. George se giró poco a poco, y me miró.
-¿En serio?- dijo suavemente. Asentí. Y se acercó y me abrazó, y luego le dió la mano a Jacob, y sin decir nada se marchó. Me senté en la cama con las manos en la cara, y Jacob se sentó a mi lado y me abrazo. Aunque quisiera evitarlo, no podía parar de llorar. Cuando se me pasó un poco y estaba más tranquila Jacob se separó un poco de mi y me hizo mirarlo.
-¿Qué ha pasado?¿Por qué te ha creido cuando has dicho "caracola"?- me preguntó extrañado. Le miré.
-Cuando éramos pequeños, mi hermano y yo nos inventamos una palabra que si la usábamos era que lo que decíamos era 100% real y el otro tendría que apoyarle y creerle, pero yo solo la he usado 1 vez más aparte de esta, y el solo la ha usado 1 vez, porque la usamos para cosas graves, no para tonterías, por eso me ha creído- agaché la cabeza lentamente.
Y noté como Jacob ponía suavemente su mano en mi barbilla, y me la levantó para que le mirase. Y así hice. Y me sonrió.
-¿En serio me quieres?- preguntó. Yo me empecé a poner roja, pero asentí.
-Se que es muy pronto y que somos muy pequeños pero...- empecé a decir.
-Ey...- me interrumpió susurrando -tranquila, yo siento lo mismo, nunca me había pasado esto con ninguna chica- me sonrió. Y me acerqué lentamente a él y le besé. Él puso las manos sobre mi cintura y me tumbo en la cama. 20 minutos más tarde nos encontrábamos tumbados en su cama, yo envuelta en sus brazos y recorriendo el borde de sus labios con mis dedos. Me dió un beso en la frente y sonreí. Se me estaban cerrando los ojos pero sabía que no me podía quedar a dormir con el.
-Jacob...- susurré, al ver que el también estaba cerrando los ojos. Los abrió un poco -no me puedo quedar a dormir aquí, nos podrían pillar, me voy a mi habitación- añadí. Asintió y le di un último beso, y despacio y sin hacer ruido, me fui a mi habitación, me metí en la cama, y empecé a pensar en todo lo que había pasado, y me dormí con una sonrisa en la cama pensando en el chico moreno que está en la habitación de enfrente. Por la mañana....

{Un Amor Prohibido};Jacob Sartorius & TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora