Capitulo 18; Como su padre

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-Lo somos –Cristal sonrió, ahí no mentía –Así deberían ser todas las familias

-¿Nunca fuiste feliz con tu padre? –frunció el ceño –Recuerdo tu gran sonrisa la ultima vez que viniste, le adorabas

-A veces no conocemos a las personas –se quedo pensativa –Ni siquiera aquella que estan tan cerca

-Nunca volvió a decir nada de ti –William suspiro –Pero se que le dolía tenerte lejos, podía verlo

-Pues yo me alegraba de estar lejos –sonrió con dolor –Daba gracias por no verle

-¿Es por el? –Camino hacia ella despacio -¿No le gustaba tu marido?

-Eso no importa –miro hacia otro lado

-A mi me importa –William trago saliva –Me importa todo lo que tenga que ver contigo

-¡Aquí estas! –Brian entro a la cocina con una gran sonrisa e ignorando por completo a William se acerco a Cristal y la abrazo por la cintura, después dejo un beso en su cuello y le guiño un ojo –La cama se me hace demasiado grande sin ti

-Ya imagino –Cristal aguanto la risa –Necesitaba tomar una tila

-¿Para dormir? –Brian la miro divertido –De eso puedo ocuparme yo –y rápidamente la cargo entre sus brazos

-¿Pero que haces? –Cristal abrió los ojos sorprendida mientras el caminaba por la cocina con ella entre sus brazos

-Devolverte a tu lugar, en mi cama –Brian le sonrió y después miro a William –Buenas noche Willi

William se quedo en la cocina plantado como un idiota ¿Willi? ¿había dicho Willi? ¡Le había llamado Willi!  Y se la llevaba a la cama.  Cerro el puño y golpeo la encimera furioso

-¿A que vino eso? –Cristal rió cuando el la dejo sobre la cama

-¿A que? –Brian sonrió –Ese idiota no sabe con quien se esta metiendo, ya le has devuelto lo de el jardin

-¿Qué? –Cristal frunció el ceño

-Me doy cuenta como te mira, te desea –Brian se quedo pensativo –Y es un estupido, porque te tuvo, hace años pudo tenerte para siempre y te dejo escapar.  Te hizo daño y yo estoy aquí para que eso no vuelva a pasar.

-No pasara –Cristal extendió una mano y la coloco en su mejilla –Mis hijos son los que me dan fuerzas, por ellos no permitiré que vuelva a pasar

-¿Se puede saber que te pasa? –Giselle miro a su hermano de reojo, era la tercera pagina del periódico que casi arrancaba al pasar –Estas de un humor de perros

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