Capítulo 3

686 83 66
                                    

La vida es como el ajedrez, en un movimiento puedes cantar victoria, o perderlo todo.

Allí estaba, había olvidado su abrigo en la habitación de Miki y ahora el viento le llevaba la contra.

—Maldigo al viento—.Dijo mientras con sus brazos intentaba cubrirse un poco del viento.

Finalmente, y sin convertirse en bloque de hielo, llegó a su casa.

Pensó por unos momentos que podría hacer... Eran recién las 8 p.m.

Pero el clima no estaba a su favor.

Había pensado en salir a un bar cercano a por un trago, pero...

Ya le valía tres naranjas el frío.

Rápidamente tomó una bien merecida ducha para luego dirigirse a su armario.

Un vestido negro apretado con escote y aberturas en la cintura mas con algo de encaje amarillo en la parte de los hombros, unas medias finas negras hasta sus rodillas con una terminación con cintas amarillas y unos zapatos de charol negro taco aguja. Para contrastar, un collar que quedaba a la perfección en su cuello.

Se delineo un poco los ojos, haciéndolos resaltar aún mas por aquel hermoso color que poseía. Un labial de color rojo y su palidez natural.

Como dijimos, muñequita de porcelana.

Muñequita que le gustaba jugar.

Y sabía perfectamente las reglas del juego.

Tomó su teléfono y entró al whatsapp. Gumo seguramente estaría encantado de pasar un rato con ella.

Él le había pedido que lo llamase Gumo, ya que Gumiya no le parecía gustar bastante a pesar de ser su nombre.

"¿Que tal si nos vemos en el bar de la tercera?".

Sonrió al saber que él ya estaba lamiendo sus pies.

La respuesta duró solo segundos en llegar.

"Claro bonita, allí estaré".

Sus labios siguieron curvados con arrogancia ante tal mensaje.

Sin mas tiempo que perder, salió de su casa preparada para la larga noche que la esperaba.

La noche ya había caído, la luna estaba llegando a su máximo esplendor. Los coches pasaban con muy poca frecuencia por su calle. Aunque el viento hacía mal tercio en aquel jueves, siguió caminando por la acera hasta subirse a un taxi.

En una calle con un tráfico bastante regular, un gran edificio lleno de vitrinas se alzaba hasta una altura de 20 pisos.

Mientras, leyendo un libro de sus cajas, Len se encontraba en el gran sofá blanco.

Las gafas rojas se resbalaban por el puente de su nariz, instantáneamente las acomodó nuevamente en su lugar.

—Tendría que desempacar las cajas...

Se dijo mientras leía, claro ejemplo de que era algo que no haría.

Pasó de página antes de que su celular comenzara a sonar.

Miró el identificador.

"Gumiya mi amor"

—¿Cuando te has agendado maldito homosexual?—.Atendió sin rodeos.

—Oye... Tranquilo viejo ¿Acaso te estabas jalando el ganso que te interrumpí?—.Dijo con picardía.

—El único necesitado en esta conversación eres tu ¡Si hasta mira como te has agendado!.

My Game ♠RiLen♠Where stories live. Discover now