Dos

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Bryan

Ella seguía sobando mi espalda y yo seguía llorando en su hombro, jamás nadie me había tratado así de bien, se sentía hermoso.

Quise hablar con ella pero sonó la campana y debíamos irnos así que me separé de ella y la vi, ella sólo se me quedó mirando.

- ¿Ya mejor Bryan? -Preguntó mientras con sus suaves manos limpiaba mis lágrimas.

- Si, gracias, vámonos. -Ella me tomó de la muñeca y me giró hacia ella.- Llegaremos tarde si no nos vamos. -Sonreí.

- Eso no me importa, te veías destrozado hace unos segundos, tal vez quieras decirme que te pasa, tengo mucho tiempo, no me importan las clases, es más, ¡Hay que fugarnos! -Dijo ella feliz, yo asentí a lo que dijo.- Perfecto, entonces ven, vámonos, hay que saltar la barda y listo al fin, ya traemos nuestras mochilas.

Ella sonrió y me tomó del brazo, con cuidado caminamos por la escuela para que nadie nos viera. Al llegar a la barda yo le ayudé a subir y luego me salte yo, pero por alguna razón ella no podía bajar, se quedó arriba mirando hacia abajo.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué no bajas? -Pregunté.

- Es que... me da miedo saltar, está muy alto. -Sonrió nerviosa.

Reí.

- No te preocupes Cam, yo te ayudo, salta y te atraparé. - Asintió nerviosa, cerró los ojos y saltó, la atrapé de la cintura y la bajé totalmente al suelo.

- Vaya, que fuerte. -Sonrió.- Gracias, ahora, ¿Qué te parece si vamos a mi casa? Mis padres están en un viaje de negocios y podemos hablar bien ahí. -Volteo la mirada hacia arriba para poder verme, pues soy más alto. No mucho.

- ¿Segura que no hay problema en ir a tu casa? ¿No crees que tu novio vaya a tu casa y se arme una grande? -Ella se rió un poco y contestó.

- Si, segura, tranquilo. Además, la escuela no está tan lejos de mi casa, ya casi llegamos. -Todo el camino yo iba en silencio y ella iba haciéndome reír, a veces yo hablaba y le seguía el juego pero todos nos veían raro. O me veían raro.

- Es aquí. -Sacó las llaves de su mochila y abrió la puerta, desde afuera su casa era grande y hermosa como la mía pero por dentro era prácticamente una mansión, mi casa si era grande y con lujos pero no tanto como esta.- Pasa anda, siéntete como en tu casa. -Uf, no gracias.- ¿No tienes hambre? Ni siquiera desayunamos, pero no me arrepiento de nada.

- Sólo tengo un poco de hambre pero no quiero causar molestias. -Me adentre más a su casa mirando su sala mientras ella caminaba a su cocina.

- No das molestias, anda pide de comer, yo lo preparo, ven sígueme, te diré que podemos comer, o si prefieres ordenamos una pizza ¿Qué dices? ¿Pizza? -Sonrió y se me quedó viendo.

- Si claro, pizza. -Sonreí.

- Bien, pide la pizza desde mi teléfono si quieres, yo voy a cambiarme a mi cuarto, no tardo. -Subió a su habitación y yo llamé desde mi teléfono a la pizzería. Después de unos minutos ella bajo, se veía hermosa tenía puesto unos jeans azules, calzaba unos Vans negros y traía una blusa que dejaba ver su ombligo, blanca y de manga larga. Me le quedé viendo como idiota hasta que ella me habló.- ¿Ya pediste la pizza?

-:Si, pedí una de pepperoni, espero que no te moleste. -Hablé y me armé de valor para lo que seguía.- Y ehm... te vez... hermosa -Lo último lo dije bajo y un poco tímido.

¡Pero que estúpido!

- Oh no, me encanta de pepperoni y muchas gracias Bry.  Me sonrió y pude ver como sus mejillas tomaban color, se sentó en el sofá junto a mi, ella iba a hablar pero tocaron el timbre - Voy a abrir.

- No, voy yo. -Me paré del sofa y ella se fue a la cocina a preparar todo para comer, abrí la puerta dejando ver a una chica un poco mas baja que Camile, sólo un poco, linda, pero para nada comparada con la belleza de Camile.

- Hola guapo, aquí está tu pizza. -¿Yo? ¿Guapo? Wow eso me sorprendió, tomé la pizza y saqué el dinero para pagar a la chica.- ¿Cómo te llamas? Yo soy Melissa pero puedes decirme Meli. -Me guiñó un ojo.

- Me llamo Bryan. -Iba a seguir hablando, pero Camile apareció detrás con el dinero.

- No te preocupes Bry, yo pago. -Se le quedó viendo mal a Melissa.

- ¿Esta es tu novia? -Iba a contestar pero Camile habló antes que yo.

- Creo que conoces muy bien mi nombre, Melissa. -Habló Camile.- Yo pago, Bry.

- No te preocupes Cam, yo pago. -Le entregué el dinero a Melissa, le día las gracias e iba a cerrar la puerta pero Melissa la detuvo.

- Oye guapo, te dejo mi número y otro día sin ese estorbo nos vemos ¿Te parece?

- No gracias, estoy muy bien así. -Cerré la puerta y entré. Cam ya estaba en la cocina y había servido la comida.

- Bien Bryan ¿Qué te parece si mientras comemos me hablas de ti?

Asentí y suspiré.

- Si claro.

/.../

Segundo capítulo editado, si que voy rápido. Es muy corto pero igual espero que les guste. Gracias y ¡las amo!

-Phoett.

Gritos Silenciosos  (B.M)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora