Capítulo 20: "La semaforización"

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Lamentablemente, no fue así. No la vio ese domingo, ni tampoco el domingo siguiente. Lauren no sabía por qué la morena no iba al hogar, si durante el tiempo que vivieron juntas, lo había hecho religiosamente todos los domingos y algún que otro día más. Lo curioso era que a Lucy no parecía sorprenderle, tampoco a Beth y mucho menos a la hermana Ana, así que el segundo domingo que no vio aparecer a Camila, no le quedó otra que preguntar.

"- ¿Cómo que está en Londres?" Fueron las palabras que le salieron apenas la hermana Ana se lo comunicó

– "¿Por qué carajo no me dijiste?" – fue la reacción de Lauren apenas se enteró de que la bailarina ya sabía que Camila estaba de viaje, de más está decir que la mala palabra enfrente de Beth le valió a la pelirroja dos padre nuestro y tres Ave maría que la hermana Ana le impuso como castigo.

Una vez que había procesado la noticia de que Camila había cruzado el océano, se puso a escuchar todo lo que Sophie y le había pedido a la tatuadora que le trajera. Rió a carcajadas cuando se enteró de que la mini latina le había pedido kilos y kilos de chocolates y galletas pero no despegó sus ojos de la pequeña Latina de cuatro años.

La tristeza de Beth no pasó desapercibida por Lauren. La pelirroja la abrazó con fuerza cuando la pequeña Ojiverde se largó a llorar pidiéndole que fuera a buscar a Camila porque, en palabras de la pequeña, "la extlañaba mucho y no quelia que se fuerrrr... fuerrla nunca más" Cuando Lauren y la hermana Ana lograron calmarla, ponerle su medicina y dormirla, la empresaria se enteró que Camila se había venido a despedir unos días después de que las chicas se cambiaran de departamento, pero que aun así llamaba casi todos los días para hablar con la niña.

En el viaje de vuelta del hogar, después de que Lauren hizo sus rezos, la pelirroja presionó a Lucy para que le contara con detalle todo lo que sabía. Se enteró de que desde el estudio de tatuajes de Inglaterra, habían llamado a Camila para que se encargara de un importante y complicado tatuaje y que la morena había sido requerida específicamente por el cliente en cuestión.

Supo que el informante de Lucy era Keanton y que la relación entre la Bailarina y el tatuador había pasado a la etapa de citas, Lauren no sabía si alegrarse o entristecerse por esa información, así que decidió poner su mejor cara de nada y pretender escuchar a Lucy hablar maravillas de Keanton mientras su cabeza estaba en otro continente y mientras Vero trataba de no estrellar el auto contra el primer árbol que se le cruzaba.

Esa noche la pelirroja no durmió pensando en Camila, y apenas se levantó lo primero que hizo fue fijar en el calendario la fecha que tenía para su propio tatuajes

– "Solo unos días más" – se dijo apenas descubrió que el jueves de esa semana le tocaba. Iba a ver a Camila en unos días y esta vez las cosas iban a ser distintas. Con la fecha en mente, se cambió, desayunó y se fue a la oficina, después de todo tenía que trabajar para que se le pasara el tiempo.

- ¡LO! ¡LAUREN! ¡PELIRROJA CULONA! – los gritos de Vero la despabilaron.

- Si Vero te estoy escuchando – dijo como si nada.

Vero la miró raro - ¿Y qué mierda se supone que estás escuchando si no he dicho nada? Yo ya terminé de contarte la estrategia y tu seguías asintiendo a lo tonta... Un mes con la rarita y ya se te pego Lo, muy mal – A penas Lauren sintió la palabra rarita sus sonrisa se dibujó en el rostro.

- Allí está otra vez la estúpida sonrisa que aparece cada vez que nombro a Camila – dijo Vero ofuscada.

- No te hagas la que tu no la extrañas Vero – la frenó Lauren por lo seco –

Ayer apenas llegamos al hogar lo primero que hiciste fue preguntar por ella – le recordó.

- Eso lo hice porque estoy cansada de tu cara de moribunda – se justificó.

I'm Not For You (Camren)Where stories live. Discover now