-Ah, sí, pero no estoy segura si llegará tarde o simplemente no lo hará...

-Debo irme si lo hace?

-Es desición tuya

-Me quedo obvio. De no querer estar sentado aquí no lo hubiese hecho ni aunque fuera el último asiento...

Solo lo miré... ¿Qué mierda quiere? ojalá que Marie llegue porque la actitud de este engreído no me está gustando mucho. Llegó la profesora de matemáticas - a quien menos esperaba - y nos entregó guías de trabajo. Afortunadamente yo había estado en administración asique llevaba ventaja respecto a mis comprañeros.

-Estoy en electivo administrativo, asique si quieres puedo ayudarte en lo que no entiendes... - Me dijo el castaño oscuro

-Ehm, no gracias. - Dije cortante. No respondió nada ni hablamos en el resto de la clase. La irresponsable de mi mejor amiga llego al segundo ramo y se saltó matemáticas. 

-¿Estábas sentada con Bill? - Dijo sorprendida y con grandes ojos.

-Sí, y te mueres lo sexy que es, realmente atractivo pero por desgracia muy egocéntrico.

-¿Qué? por qué?! dijo algo en particular?

-Nah, es cosa de escucharlo, se le nota en sus actitudes

-No seas prejuiciosa Cath...

-A todo esto, preguntó por ti- Le dije lebantando ambas cejas en sinónimo de coqueteo

-QUÉ? naaaah!! ¿en serio?

-Sip, quería saber por qué no estabas si siempre nos veía juntas...

-Mh, quizás solo quería tener un tema de conversación...

-No te adelantes amiga

-Tampoco tú Cath.- Tras el avance del día, no volví a tener contacto con mi compañero hasta la salida de clases donde me pilló mirándolo a urtadillas en el aparcamento. Se rió no sé si irónicamente o intentaba ser amable, pero viniendo de él me parece mas factible la opción uno. Y yo que culpaba a Marie de ser enemiga de la discresión, y la única que salió pillada fui yo misma... muy inteligente de mi parte. 

Al llegar la noche, el chofer de mi amiga querida pasó por nosotras y él mismo nos iría a buscar, puesto que ambas pretendíamos beber como una noche cualquiera de verano. Hay que destacar nuestros sexies atuendos, por supuesto siempre con buen gusto. Esta noche quise ir vestida como para un fiesta, pero no perder el toque casual, asique a mis largas piernas les puse un jean blanco y unas botas largas café de invierno. Para arriba una polera sin mangas, larga y con cortes grandes a los costados, donde se podía apreciar incluso mi ropa interior pero sin ser grotesco. Era de color verde musgo, muy acorde a las botas, muy invernal. Pero algo quedaba de verano en mis pitillos blancos, y eso le daba una esencia fiestera a mi atuendo.

Ya en la linda y decorada casa de Josefina, la fiesta estaba prendida, estaban todos bailando con sus vasos en la mano, música a todo ritmo y luces por todos lados. Mi amiga y yo nos servimos unos tragos, y nos quedamos conversando con ellos en mano. Luego nos sacaron a bailar, pero rechazamos la oferta porque se veian de varios cursos más abajo. Dos tragos. Sebástiann y Jorge -  unos compañeros -  nos invitan a bailar. Esta vez acepté y el primero fue mi acompañante. Entre eso, tres tragos... De aquí en adelante me voy suave con lo que beba. Sebástiann tomó mi mano y me dió una vuelta, luego siento dos manos en mi cintura, pero las de mi compañero seguían entrelazadas con las mías... Volteé.

-¡Bil! que susto me haz dado, ¿cómo estás? pensé que no venías

-Qué te hizo creer eso?- Dijo sin soltar mi cintura. Y a pesar de que su forma de ser no era de mi completo agrado, no podía evitar perderme en sus profundos ojos entre azules y celestes, su pelo castaño osculo despeinado, sexy... y ahora que lo noto, su camisa casual abotonada solo hasta el pecho y dejando todo el resto de piel al descubierto incluyendo sus marcados ante brazos cuyas mangas de la camisa estaban dobladas hacia arriba. Sin querer me habia soltado de Sebástiann.

El último año.Where stories live. Discover now