Luna los observo por un buen rato hasta que decidió regresar sola para concederles un tiempo mas de juegos. Cuando ya se adentraba de nuevo en la obscuridad del bosque Nott la acorralo contra un árbol y sin darle tiempo siquiera de reaccionar la beso de manera sensual.

Atrapada en los brazo de Nott, Luna se siente desfallecer. Despiertan en ella todos esos sentidos antes aletargados. El calor sube, su deseo se inflama, es tan exquisito y sublime, que se deja embriagar por sus letales besos, que le roban todo pensamiento coherente, incluso la voluntad.

Ella no sabe nada del amor, ni el deseo. Solo siente como algo se va formando en su interior y amenaza con explotar, como aquel día en las duchas.

Tiembla y el aire le falta, pero no puedo, ni quiere apartarse de esos labios demandantes y esa lengua que quema su boca y su piel. Un instante de tregua le permite respirar, solo para contener el aliento al sentir la invasión en sus senos, de un tirón le ha roto el sujetador para tener libre acceso.

Gime, escucha su propia voz lejana y desconocida, tiene la vista nublada como el pensamiento, en esos momentos solo puede sentir y crecer en ese sentimientos que lo abarca todo, que lo toma todo.

Siente su humedad y el calor se vuelve insoportable. Quiere mas, aunque no tenga claro que quiere exactamente.

El aleteo de mariposas en su estomago se ha vuelto una marabunta de insectos que le recorre la piel encendiéndola, causando un ardor implacable y letal.

No siente la dura corteza del árbol lastimándole la espalda, solo es capaz de sentir las manos de Nott sobre su cuerpo, tocándola, despertando en su interior una bestia que clama por mas.

Sus pies ya no tocan el suelo, se sostiene enredando sus piernas en torno a las caderas de Theo. Un hambre y una sed desconocida la hacen sentir débil y agónica. Es destructivo a la vez que maravilloso el no encontrar palabras que puedan dar nombre a lo que siente.

Luna no sabe de amores o paciones. Va a ciegas por caminos inexplorados, no comprende nada, solo siente y quiere seguir prolongando el momento. Se deja guiar por esas manos expertas que van despertando en ella todo tipo de sensaciones nuevas,

Su boca, la piel, el cuerpo entero, ya no le perteneces.

No es consiente de que han abandonado el bosque negro. Sigue demasiado enfebrecida para entender nada. Se aferra a esa mano masculina que tira con urgencia de ella, conduciéndola por pasillos desconocidos por las entrañas del colegio.

El camino se vuelve largo entre besos, entre caricias ardientes. Llegan a una puerta de madera que se abre a penas Nott murmura unas palabras que no alcanza a escuchar.

Luna termina en la habitación del premio anual.

Nott no puede dejar de verla, su cabello rubio esta despeinado, sus delgados labios ahora hinchados y sus mejillas sonrojadas.

Es dulce y no deja de mirarle con esos hermosos ojos azules, que están llenos de enigmas y locuras. Tiene las pupilas dilatas por el deseo y parecen mas acuoso, de un color mas claro. Las ansias lo invaden quiere tenerla ya, mas se reprende a si mismo, repitiéndose que debe ir lento.

Se sienta en el borde de la cama, con Luna de pie frente a el. Retira por completo la blusa que a dejado a medio abrir y a la que le arranco un par de botones, la desliza lentamente sobre sus hombros y al sentirla estremecer sonríe.

-¿Te gusta que te toque? –Pregunta pasando los dedos por sus pechos desnudos. El sujetador roto quedo tirado en algún lugar del bosque prohibido.

Como toda respuesta gime, cerrando los ojos. Arrobada por un calor distinto que resulta embriagador y dulce, que provoca que su corazón lata con fuerza.

-Me gusta tu voz. –Contesta suave con la voz quebrada. Abre sus parpados para fijar su mirada en un par de ojos también azules, aunque de un tono distinto.

Los ojos de Nott, son la tormenta. Los de Luna un cielo despejado.

La culpa regresa como un huracán causando estragos. La desea, sí, pero no se siente capaz de culminar sus planes, cuando siente que no puede ofrecerle nada a cambio de su virtud.

Theodore Nott, no es noble. Mas siempre es directo, tajante y frio. A estado con muchas mujeres sin prometer mas que un momento, sin embargo, en el fondo de su ser siente que Luna merece mas que un instante.

Esta a punto de pedirle de nuevo que se vaya. Las dudas lo asalta y Luna como siempre sabe leer entre líneas. Toma su mano y la guía sobre su pecho incitándolo a que continúe con sus caricias.

-Me gusta que me toque. –Le dice con su pequeña mano sobre la de el. –No tengas miedo, no puedes tomar nada que no quiera entregarte. –Susurra y es ella quien se inclina para besarle.

Nott se sabe perdido.

*o*O*o*

La dinámica es sencilla en sus particularidades. Y podrán tacharlas de promiscuas o irreverentes pero nunca de hipócritas o infelices. Ya no se trata de ver en blanco y negro, sino a saber andar entre tonalidades grises, incluso en toda esa gama de colores que pinta el hoy y no el mañana.

Clare no buscaba el amor y a pesar de todo lo a encontrado entre las pecas de un rostro, en la irreverencia de un carácter explosivo y en la pasión indomable de una marea roja. Lo encontró también en las formas y presentaciones menos esperadas en una piel de ébano y en el inquiétate redescubrimiento de su propia sexualidad.

Ama lo que tienen, lo que los une y complementa. Disfruta al tenerles y entregarse, ama que nada los ate y al mismo tiempo no desear apartarse de su lado.

Convencer a Blaise no fue difícil, incluso fue demasiado sencillo. No era solo el hecho de tener dos hermosas mujeres, sino que fueran precisamente ellas quienes le enseñaran un par de cosas nuevas a alguien que pensaba que no habría trucos nuevos por aprender.

Eran felices a su manera, bajo su reglas, sin mas promesas que un presente y la felicidad que esto provee. Quizás no tendrían un futuro juntos o tal vez si, pero de eso se preocuparían después, pues sabían que la felicidad no es un lugar, sino un camino por eso tenían que valorar y disfrutar lo que la vida les había traído.

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