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Death Note no me pertenece es propiedad de Tsugumi Ōba

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— Si ya no me quieres, solo tienes que decirlo. Podré soportarlo.

Mello dejó de prestar atención al noticiero y volteó el rostro para observar a Near quien se enredaba el dedo en su mechón favorito.

¿Cuántos años hacía que estaban juntos?... Si no se equivocaba, estaban cerca de los 20.

Ya no eran niños, ninguno de los dos. Ambos habían crecido, su carácter se había serenado bastante con el paso del tiempo y los golpes de la vida. Near, algunas veces, se permitía mostrar sus emociones e incluso, le decía que lo amaba. Todo era tan distinto, incluyendo sus apariencias con el correr de los años. Se habían cortado los cabellos, el enano había perdido bastante la visión, ahora parecía un maldito topo. Esos lentes que usaba, de montura de pasta dura, tan anticuados, provocaban que sus ojos se viesen más grandes de lo que eran, dándole un aspecto bastante gracioso. Sin embargo, y apesar de las pequeñas arrugas que había en el borde de sus ojos, seguía teniendo esa apariencia frágil que hacía que uno pensara que era mucho menor a la edad que realmente tenía.

Y ahora, Near le venía con semejante planteo. ¿Si no le quería? ¿Qué estaba tratando de lograr afirmando eso?... Después de todas las cosas que habían pasado juntos. De la batalla que ambos tuvieron que dar para aceptar de una vez por todas que no era el odio lo que los había movido todo el tiempo en que habían estado peleando; compitiendo por ser el mejor, sino, el deseo por mostrarle al otro que estaba a su altura, por llamar la atención de la única persona a la que habían estado amando en secreto, con el temor y la frustración de saberse enamorados... débiles. Después de que él mismo estuvo a punto de morir a manos de Kiyomi Takada y más específicamente del hijo de puta de Light Yagami, solo para comprender que no era omnipotente y que la vida le estaba dando una segunda oportunidad para tratar de ser feliz.

¿Cuánto tiempo había estado esperando a que ese estúpido aceptase de una vez por todas que tenía sentimientos? ¿Cuánto había estado esperando a que le mostrase un poco de afecto?

Y cuando al fin lo hizo, cuando ambos se decidieron por comenzar a ser sinceros con el otro, cuando dejaron de ser un desafío y pasaron a comprenderse... Se dio cuenta que estaba aburriéndose, cansándose de ello... de aquella vida serena a su lado. De estar resolviendo casos, que por estar trabajando juntos, brindaban una emoción que era demasiado efímera para su gusto y apenas alcanzaba para hacer el día a día un poco más llevadero.

¿Qué si lo quería?... tal vez, si... ¿Quién sabe? ¿Qué era querer después de todo?... Si le preguntaban si aún sentía ese cosquilleo en el estómago cada vez que miraba a sus ojos, ese calor placentero por el simple hecho de rozar una de sus mejillas, ese deseo insoportable por estrecharlo entre sus brazos y besarle... La respuesta, sería que no... que eso ya no le ocurría, que eran cosas del pasado, pero después de tantos años juntos, eso era normal ¿Cierto? Después de todo, la rutina y la convivencia desgasta a la pareja. Eso no significaba que no lo quisiera ¿Verdad?

¿Por qué su estómago dolía, entonces? ¿Por qué su garganta parecía haberse cerrado?

— ¿A qué viene ese planteo estúpido?

Near detuvo el movimiento de su dedo en su cabello y le miró a los ojos con expresión inescrutable.

— Quizás... sea yo quien quiere abandonar a Mello.

Le vio con sorpresa, tratando de buscar angustia y dolor en su interior, pero solo encontró alivio.

Si ya no me quieresWhere stories live. Discover now