CAPITULO 46 LANZALLAMAS

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—Riha, no seas curiosa como un gato, sabrás lo que es cuando lo termine, por ahora... creo que te hare caso y comeré algo –Dije tratando de tomar de la comida que me trajo pero colapsando por el cansancio en el suelo —Mi cuerpo... cuan cansado esta, creo que comeré después... de que pueda sentir los brazos y de paso las piernas... y el resto.


—Nada de eso, si no puedes comer por tu cuenta, entonces te ayudare –Insiste la loba.


Con cuidado me toma de la cabeza y me coloca boca arriba, ella toma asiento en el suelo para apoyar mi nuca sobre sus piernas, ofreciéndome la comida con una cuchara, sirviéndome a la boca carne con vegetales como si fuera un paciente internado en un hospital atendido por una enfermera, una enfermera con mucho pelo y un hocico de lobo.


— ¿Lo ves?, no es tan malo –Comenta la lupina con optimismo.


—Me siento como un paciente vegetal –Dije en mis pensamientos.


—Por cierto, ¿tu slime no necesita comer?.


Voltee en dirección hacia Allum para encontrarle devorándose un soporte metálico para antorcha de la pared.


—Creo que puede arreglárselas por su cuenta –Opine al instante —Por cierto, Riha...


—¿Si?.


— ¿Por qué estás aquí?, no eres demasiado joven para estar apartado de tu clan.


—Mi gente tiene una costumbre llamada "peregrinación", en la cual cuando un Lupian de la manada cumple cierta edad, debe salir a explorar el mundo y sobrevivir fuera un mínimo de dos años, el objetivo de la peregrinación es fortalecer al lobo joven e inculcarlo del mundo que lo rodea, aunque esta costumbre dejo de ser obligatorio hace tiempo, sin embargo, aún hay lobos como yo que quieren experimentarlo, viajar y conocer, vivir una aventura.


—Si ese el caso, no te vendría mal adoptar el oficio de aventurera, viajes largos a todas partes, trabajos peligrosos y una paga un tanto... mediocre, aunque solo es el comienzo, cuando subes escalones, la paga se vuelve mejor.


— ¿Eh?, ¿lo dices en serio?, había oído de los aventureros, ¿realmente podría convertirme en una?.


—No hay ninguna ley que no lo permita, mírame a mí, tengo 8 años y sin embargo me convertí en uno.


—Roz, ¿por qué te convertiste en un aventurero?, ¿también anhelas experimentar la sensación de explorar la emoción de una aventura épica?.


—No... otras circunstancias me llevaron a serlo, otras... circunstancias...


Un fuerte cansancio se apodera de mi cuerpo, el sueño envuelve cada célula de mi ser y caigo profundamente dormido sin el menor esfuerzo. Imprevisto, en el lado onírico soy transportado a una sala de vastos espacios infinitos, el mismo lugar donde conocí a aquella entidad dragón de la armadura negra.

Metalord RevolutionWhere stories live. Discover now