Capítulo 27: Falta de auto-control.

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Para mi pasmo seguíamos en la misma habitación donde había perdido el control. Un agotado Luke me miraba alerta aún con los ojos reluciente en un potente ámbar. Al verme en ese estado pestañeó y tuve de nuevo dos claros iris enfocados en mí.

Suspiré de alivio y se pasó las manos por la cabeza, mostrando un feo arañazo en el antebrazo.

Se me encogió el estómago de la angustia.

—¿Eso te lo he hecho yo?

El chico bajó la mirada a la herida.

—Sí, pero tranquila no es muy profundo. A fin de cuentas es lo que puedes esperarte cuando acorralas a un animal enfadado. Además —se estiró antes de sentarme a mi lado en el suelo. La alfombra estaba salpicada por sangre y el tejido comenzaba a hincharse en los pequeños puntos, absorbiendo el líquido rojo —estoy en poca forma.

Lo miré con aprensión sin alcanzar a disculparme por todos los quebraderos de cabeza que ocasionaba. Con cuidado extendí los dedos y rocé el brazo del chico que ahogó un quejido.

—Lo siento — me disculpé— por todo. Te prometo que intenté controlarme, hacer un acuerdo. Pero no sé como — suspiré derrotada —y ahora para colmo te he hecho daño.

Luke hizo una mueca.

—No te preocupes, se curará.

Negué con la cabeza.

—Lo sé, pero no tuve que hacerlo. Dices que el lobo es racional. Bueno, pues yo nunca te haría daño —aseguré.

Estaba claro que mi otro ser solo era un animal salvaje que a veces parecía un poco lúcido pero que siempre estaba igual de desquiciado. Escaneé la habitación comprobando el pésimo estado que presentaba. Otro éxito del Gen. Perfecto. No podía creerme como no habría arrancado los barrotes con los dientes y había salido por ahí a comerme a algún crío.

—Deja de hacer eso.

Bajé la vista sorprendida mirándome las manos que Luke me había separado. No era consciente pero me estaba clavando con tanta fuerza las uñas en la palma que tenía cuatro finos surcos de un rojo escarlata brillante.

Apenas sangraron antes de que la piel adquiriera un tono rosáceo y luego uno blanquecino que dio paso a una cicatrización rápido y sin un ápice de explicación científica.

—Thara, no te preocupes por lo del brazo, ¿ves? — me mostró el corte que empezaba a cerrarse —no es nada. Mis hermanas durante la Luna Llena me han hecho lesiones mucho peores. No eres la única que pierde el control. Solo que eres demasiado fuerte, sino fuera por Kaleb no podríamos haber sido capaces de detenerte.

¿Kaleb? Y ahora que lo mencionaba, ¿dónde estaba? ¿Y Ryan? ¿Les habría hecho algo peor que ese arañazo?

Me mordisqueé los labios con culpabilidad.

—Te prometo que lo intenté —murmuré en voz rota con un nudo en la garganta.

¿En serio? ¿Ahora tenían que aparecer las dichosas lágrimas? ¿No podía llorar como una niña en la intimidad tapándome con las sábanas?

Tragué saliva intentando manejar la repentina inundación.

Entreabrí los labios de nuevo.

—Pero... no puedo... yo lo intentó... duele tanto...

De pronto estaba presionada contra el pecho de Luke. Aguanté la respiración desorientada por unos cortos dos segundos mientras los brazos del chico terminaron de anudar el abrazo. No dijo nada, solo comenzó a acariciarme la espalda con ademán tranquilizador.

El Gen Alpha. [✓].Where stories live. Discover now