6. No eres mi novia

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DRACO:
Tumbado en mi cama mirando las bigas del techo lo único en lo que podía pensar era en el incidente de Granger, me afectó más de lo que pensaba verla en esa situación, me fastidiaba que el comadreja le hiciera daño, eso no era normal en mi, yo no me preocupaba por nadie, quizá el encontronazo en el aula de pociones me hubiese hecho ver que era una chica bastante simpática. En un intento desesperado por huir de mis pensamientos y evadirme de la realidad fui a la puerta de la habitación de Astoria, quizá ella consiguiera despejar mi mente por media hora.
Toque a la puerta de la habitación en las mazmorras de Slytherin donde estaba Astoria, me abrió la puerta con cara de sorpresa y en un camisón de dormir, obviamente, de color rosa gastado del uso.
-¿Qué haces a...- preguntó muy complacida.
No la deje terminar, y empece a besarla como si me fuera la vida en ello, la tire a la cama y pase con ella hasta la hora de la cena, pero no sentía nada por ella, no me hizo sentir ni siquiera compasión, no me gustaba esta sensación de incomodidad que se instauraba en mí.

Una hora antes de la hora de la cena me levanté me vestí y me fui rápidamente sin mediar palabra, con cara de malas pulgas, no quería alargar esto mas de lo estrictamente necesario y los sentimientos de Astoria poco me importaban, yo no le había prometido nada, allá ella si se ilusionaba.

Cuando llegue al gran comedor busque a Granger instintivamente, no la vi ni a ella ni a la comadreja, supuse que se debía al episodio de esta mañana, pero me tenia intranquilo, comí un poco de pavo con zumo de calabaza y me fui, creo que fui el primero de mi mesa en acabar de de comer, cuando me disponía a marcharme Blaise me agarro del brazo:

-Hey, Draco ¿Qué te pasa?Llevas dos días que no te veo, ni me hablas. A decir verdad llevas así desde que empezó el curso.- rápidamente aparte mi brazo, pero lo mire y con sinceridad le dije:
-Llevo unos días que tengo la cabeza ida, cuando me aclare te lo contare- acepto mi respuesta con un asentimiento aunque no muy complacido.

Pero creo que una fuerza sobrenatural no quería que me levantase de la mesa, porque unos segundos

después alguien me abrazo por la espalda, y me hablo al oído:

-Hola Draquito- sabía perfectamente de quien era esa voz, pretendía ser una voz sensual pero a mi me pareció ridícula y algo infantil
-Odio que me digan Draquito- dije lo más serio y frío que pude
-Lo siento cariñin, no te he visto en la cama, espero que la próxima vez te vea
-Astoria déjame irme de aquí, y no, no creo que me veas la "próxima vez", no creo que exista una próxima vez- dije elevando mi tono de voz, me estaba cabreando, no quería nada con nadie
-Vale-dijo ella con resignación, sus ojos antes activos se pagaron y sin mediar palabra se fue.
Cuando termine de comer fui directo a mi habitación a dormir,

Una vez en mi habitación, me puse una camiseta vieja y un pantalón de chándal, pero nada más acostarme tocaron a la puerta, oí una risita aguda e insoportable al otro lado. Como no, era Astoria, llevaba una falda muy corta a cuadros roja y una camiseta ajustada blanca que le marcaba todas sus formas, no me inmute, al contrario que cualquier hombre esa escena me pareció pueril, yo sabía que era lo que Astoria quería, pero hoy no lo iba a conseguir, no conmigo, estaba cansado de ella y de que por un polvo pensara que íbamos a casarnos.
-Astoria, si estas aquí para acostarte conmigo lo tienes jodido- dije de forma directa y clara, no iba a tener tacto, ni ha andarme con rodeos.
-¿Draco, no te gusta como me he vestido?- preguntó con voz infantil que sólo acrecentó mi forma pueril de ver aquel acto que en ningún momento fue sensual
-Pareces una facilona desesperada por un polvo- dije con aires de superioridad, la mire desafiante esperando una respuesta mordaz pero su cara avergonzada me descoloco.
-Vale, me voy . Pero que sepas que tú, Draco Malfoy, vas a ser mio.
Y salió de allí, menos mal, de verdad me repugnaba lo mucho que podía rebajarse una chica por algo como el sexo o incluso el amor de un hombre, nadie debería arrastrarse para conseguir el amor de otra persona.

Al despertar vi como el sol asomaba por encima del lago y las montañas que rodeaban Hogwarts, era muy temprano, pero me dio igual pues no podía conciliar el sueño, otra vez. Comencé a prepararme, como siempre pantalón negro perfectamente planchado y una camisa gris con el cuello y los botones negros y mi corbata y túnica Slytherin.
Llegue pronto al gran comedor, así que me tomé mi tiempo para desayunar tranquilamente observado como poco a poco se llenaba el Gran Comedor. A mi lado se sentó Blaise, como siempre. Cuando iba a terminar lo poco que quedaba de desayuno en mi plato empecé a oír gritos en la mesa de los leones, la Comadreja y Granger se estaban peleando, no oía lo que decían pero todo el comedor los miraba. No pude evitar pensar en el incidente de ayer, la discusión cada vez subía más de tono, hasta que fui capaz de distinguir la voz de Granger gritar:
-Ron yo no soy tu novia...- no entendía muy bien lo que decían pero la tensión era palpable. Después de varias replicas San Potter agarró de la manga a la rata de biblioteca y le dijo algo que la enfado aún más, Ron replicó algo que parecía darle la victoria en aquella discusión, pero Granger grito "Antes voy con Voldemort".
La discusión dejo conmocionado a todo el Gran Comedor, incluyendo a los profesores, se empezaron a oír murmullos, y el cotilleo de que Weasly y Granger habían roto creció instantáneamente. Ya había varios patanes pensando en como conquistar a la castaña.
Sentía el impulso de seguirla, pero me contuve lo máximo posible, era un Malfoy no iba a correr tras una hija de muggles.
De repente llego mi tormento, Astoria, se sentó a mi lado y pegándose demasiado a mí, me dijo:
-Hoy vamos a pasar el día juntitos- iba muy pintada, se notaba que se había arreglado mucho, pero no era nada sofisticada.
-No, hoy tú me vas a dejar en paz- dije cabreado, pues sus sentimientos me importaban igual o menos que la noche anterior y yo necesitaba espacio.
-No me puedes dejar plantada- hizo un puchero muy pueril y estúpido, pero no cambie en nada mi expresión, levante una ceja e inquirí:
-¿Por qué no?- la mire como si hubiera hecho la pregunta más estúpida del mundo
-Porque soy tu novia- dijo y me planto un beso rápido en los labios, sin miramientos agarre mi servilleta más cercana y me limpie los labios, la agarre mas fuerte de lo que pretendía la muñeca, haciendo que me mirara fijamente a los ojos
-Astoria no eres mi novia, no eres nada mío.- dije con toda la frialdad que pude.
Salí del Gran comedor dejándola con la palabra en la boca y muy enfadada, pero me apetecía estar solo y tranquilo, quizá leyera un libro en los jardines. Con esa idea en mente me dirigí a la orilla del lago.

Fuego y Pólvora (Dramione)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu