Not Alone

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Iba a ser un mal día.

Lo supo desde el momento en que abrió los ojos con desesperación, agitado, palpando alrededor por algo que lo anclara a tierra y no encontró nada. Nada más que sabanas arrugadas, ya frías, en lugar del tibio cuerpo que había acompañado sus noches en los últimos meses. Su corazón seguía palpitando frenéticamente y el nudo en su garganta se expandía y lo asfixiaba; sabía en donde se encontraba y sabía que estaba a salvo, pero aún así estuvo desorientado en la penumbra de la habitación durante un par de minutos.

Miró instintivamente hacia las ventanas panorámicas, libres de cortinas a petición suya. Había pasado demasiado tiempo en lugares oscuros y helados; prefería la luz, la claridad, y aquella ventana con vistas a la ciudad servía para recordarle que todo había acabado. Finalmente acabó.

Pero sabía que no había acabado realmente y nunca que lo haría. Sabía que las pesadillas siempre lo atormentarían, que los recuerdos malos estarían acechándolo como sombras, y sabía que aún existía el riesgo de que todo se desvaneciera entre sus dedos nuevamente. Sabía que había una posibilidad de que algún día no despertara en una cómoda cama, rodeado de sabanas suaves y un cuerpo cálido, sino en un tanque criogénico, listo para recibir órdenes.

Y honestamente preferiría morir. Se encargaría de ello, de ser necesario. Se quitaría la vida de cualquier forma posible, sólo para evitar volver a la tortura que había sufrido durante décadas.

Nadie que no lo conociera bien podría distinguir el ligero temblor de su mandíbula al recordar. El dolor punzante y los gritos, el frío y la lucha. Recordaba luchar y luchar con todas sus fuerzas, recordaba el único pensamiento que lo mantenía en marcha: «No puedo irme. No puedo dejarlo solo. ¿Quién va a evitar que haga alguna estupidez, si no soy yo?». Recordaba las voces, distantes y frías, murmurando "está muerto, se ha estrellado en el hielo", y la sensación de su pecho comprimiéndose se sentía tan fresca y familiar que le hizo apretar los dientes, porque para ese entonces ya no comprendía muchas cosas, pero de alguna manera supo de quién hablaban.

Y entonces todo dejó de importar. Dejó de luchar y permitió que lo convirtieran en un monstruo, en un arma, una marioneta. Dejó que lo hicieran pedazos desde adentro y lo reconstruyeran a su antojo, desechando, suprimiendo y re ensamblando las partes necesarias.

Trataba de no pensar en ello, trataba de luchar ahora que tenía motivos para hacerlo, y muchas veces lo lograba tanto como otras no. No era el único que tenía malos días, eso lo sabia de sobra. Se había despertado muchas veces en las madrugadas para encontrar la cama vacía, y por puro instinto vagaba silenciosamente entre las sombras hasta que se topaba con Steve sentado en la sala, con la luz tenue iluminándole el rostro brillante de lágrimas mientras hacía algún boceto en su gastada libreta. Nunca lo interrumpía. Ya no era bueno consolando a las personas.

Sin embargo, más tarde descubriría su rostro en la mayoría de esos bocetos.

Sabía que Steve se culpaba. Lo había escuchado hablando dormido, lo había escuchado gritando dormido, llamándolo. Nunca lo despertaba, pero se sentaba a su lado y esperaba silenciosamente hasta que él mismo hacia el camino fuera de las pesadillas, y cuando finalmente despertaba con las mejillas húmedas y los ojos brillantes, buscándolo con una mirada de profundo temor, no decía nada y le dejaba pegarse pegaba a él, le permitía que lo abrazara con una fuerza que en ocasiones le cortaba el aliento, pero no decía nada.

Al comienzo fue difícil. Aún lo era. Pero durante los primeros meses no era extraño que despertase de una pesadilla para encontrarse a sí mismo presionando a Steve con su brazo prostético en un débil intento por ahogarlo. Y aquello lo horrorizaba. Incluso había decidido dormir en los muebles de la sala, pero Steve no se lo había permitido y él no puso resistencia porque, sinceramente, no quería estar solo cuando las sombras de sus peores recuerdos volvieran a cazarlo.

Not Alone [Stucky One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora