[04] Unidos por una causa en común

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Cuando creíste ser la única enamorada de alguien imposible, llegó Yuu Kusakabe para demostrarte que tan equivocada estabas.

Con su personalidad introvertida, y una apariencia casi angelical, aquel «debilucho» como alguna vez lo había llamado Kyouya, resultaba estar en la misma bochornosa y asfixiante situación que tú. 

Enamorado de su amiga.

De aquella amiga que no era más que novia del dueño de tus suspiros. 

Todo parecía una especie de juego malévolo creado por el destino. 

No querías reírte de la desdicha que compartían, menos cuando el tímido Kusakabe había reunido todo el coraje suficiente para decírtelo. Lo único que podías permitirte hacer en ese momento, donde estaban sentados fuera del instituto, era mirarlo con empatía y reposar tu mano sobre su hombro, buscando consolarlo por sus sentimientos heridos. 

—Al menos has logrado trasmitirle lo que sientes y el duelo no será tan persistente. 

Esas habían tus palabras.

Y te arrepentiste cuando sus ojos turquesas se surcaron de lagrimas.

—No me arrepiento de tener estos sentimientos por ella, pero duele...

Trataste de no decir algo más.

El corazón se te doblegaba ante la imagen irreal de Yuu; afligido por el rechazo, con los hombros tensos y temblorosos por lo inocente y  cruel que había sido la respuesta de Erika. 

No podías evitar que la molestia se deslizara por cada parte de tu cuerpo. 

Tenías pocas horas de estar hablando con él, y ya sentías que debías protegerlo a pesar de que eras amiga de su enemigo, de aquel  que se había empeñado en detestarlo por su cercanía con la castaña, y que era responsable de que no correspondiera a sus genuinos sentimientos.

—Podremos superarlo, Yuu.

Sus ojos aún cristalizados, se pegaron en tu figura. 

—Estás enamorada de Sata, ¿cierto?

Vacilaste por un instante.

No sabías si era prudente confesarlo, pero tenías el presentimiento de que su presencia en tu vida sería el comienzo de algo nuevo, así que asentiste mientras te arrodillabas enfrente suyo. 

—Lo sabía—susurró—. Entonces...¿juntos vamos a olvidarnos de estos sentimientos y seremos felices?

—Eso haremos. 

 

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Síntomas |Sata Kyouya! x Lectora|Where stories live. Discover now