Maratón 3/4 - Capítulo 38

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Dos Semanas Después...

-Narra Dulce-

Ya han pasado dos semanas y no puedo evitar sentirme feliz, Aura y Mai ya están en casa y yo he decidido quedarme algunos días con ellas para disfrutar de mi pequeña sobrina, aunque la verdad desde ese día no puedo dejar de pensar en él, vivo en la casa de Christian y Mai para ayudarla en todo mientras mi hermano trabaja y Christopher se pasa el día aquí metido con la excusa de la niña aunque yo sé muy bien que lo hace para verme.

Desayunamos y Christian se va al trabajo y aprovechando que yo cuido de Aura, Mai sube a darse un baño relajante. Me siento en un sillón con Aura en brazos intentando que se duerma y de repente suena el timbre. Voy y al abrir no puedo evitar sonreír.

-Narra Christopher-

Llamo al timbre y oigo el ruido de unos zapatos acercarse a la puerta, despacio. Alguien abre y la veo, parada con Aura entre sus brazos y veo cómo sonríe.

Chris: Buenos días hermosas.

Acaricio la cabecita de Aura y le doy un beso en ella y le doy un beso en la mejilla a Dul.

Dulce: Buenos días, ¿qué haces aquí tan temprano?

Chris: pues quería ver a las princesas de esta casa.

Dulce: ¿Ah sí? ¿Y quiénes son eh?

Chris: Bueno pues una es mi sobrina que adoro, otra mi hermanita y la tercera y la más hermosa de todas es la mujer que amo.

Dulce: Wow, pues qué afortunado, rodeado de mujeres.

Chris: Sí, soy muy afortunado, ¿ya me vas a dejar pasar o no?

Dulce: Sí claro pasa, pero no hagas mucho ruido, estaba a punto de dormirse y May estaba dándose un baño y después se iba a recostar un rato, apenas ha dormido en toda la noche.

Entramos hacia el salón y me siento en uno de los sillones, ella se sienta justo enfrente de mí y no puedo evitar sonreír como un bobo al ver cómo acuna a Aura con una infinita ternura. A los pocos minutos veo cómo se levanta y me hace un gesto para que no diga nada y  recuesta a Aura en una pequeña cuna que esta situada al lado de su sillón. Se vuelve a sentar y sigo mirándola.

Dulce: ¿Por qué me ves así?

Chris: ¿Así cómo?

Dulce: Pues así como menso.

Chris: No te miro como menso te miro como enamorado porque eso es lo que soy.

Me levanto del sillón y me acerco a ella y me siento a su lado.

Dulce: Chris ya te dije que...

Chris: Sí ya sé lo que me dijiste pero yo también te dije que cuando estuviera contigo iba a hacer lo que sentía y lo que siento en este momento es que me muero por besarte.

Le agarro con mis manos su cuello y la beso, primero tiernamente acariciando sus labios y ella me corresponde y con una mano la atraigo hacía mi haciendo que se siente a horcajadas sobre mí mientras nos seguimos besando, bajo mis manos hasta su trasero apretándolo hacia mí y ella corta el beso intentando bajarse pero la detengo.

Chris: ¿Qué pasa? ¿Te molesta que te bese?

Dulce: No es eso, sabes que me encanta que me beses.

Chris: Entonces no entiendo cuál es el problema.

Dulce: El problema es que estamos en casa de nuestros hermanos con nuestra sobrina de apenas días de nacida y no sé si podré controlarme si me sigues besando de esa manera.

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