En los últimos días muchos me han preguntado mi situación sentimental y bueno se las he tenido que resumir en pequeñas frases, en aprendizajes y momentos, a lo cual ha surgido otra grandiosa pregunta.... ¿Qué piensas o pensabas de el? ¿Qué te hacia seguir ahí a pesar de todo?
A un principio no sabía que responder, posiblemente aún seguía llena de odio, rencor e incluso temor pues me daba miedo darme cuenta de que aún siento algo por él y eso duele, por lo que yo solo respondía con un no lo sé o evadía la pregunta, pero ayer fue distinto. Lo recordé de la manera más hermosa, pude hablar de lo maravilloso que siempre fue.
Mi respuesta en ese momento fue... Uriel en pocas palabras lo fue todo para mí, con el empecé lo que es vivir y pase 3 grandiosos años de mi vida, hasta ahora puedo decir que han sido los mejores.
A sus escasos 18 años él era la persona más madura que he conocido, solía ser muy meticuloso con todo y pensaba una y otra vez lo que decía y hasta lo que hacía, era una persona dispuesta a superarse en todos los sentidos y siempre buscaba más cosas para ser aún más inteligente, sabia de la vida más de lo que yo me imaginaba, era todo un baúl lleno de secretos.
Posiblemente muchos dirían que tiene un alma muy oscura por un mal pasado pero debajo de toda esa frontera y fortaleza que él había creado se encontraba un ser muy puro y sensato, un mar de sentimientos lo invadían, se encontraba alguien que también solía ser débil, alguien cansado de escuchar y no ser escuchado, una persona que le atormentaban muchas cosas, alguien que también lloraba cuando ya no aguantaba más. Él es la mejor persona que alguien se puede encontrar en la vida y es de esas personas que solo se te cruzan una vez y nunca los vuelves a ver, pero te dejan enormes vivencias.
Fue el mejor amigo que encontré y para mi siempre lo será aunque ya no se encuentre a mi lado, en su momento me hizo ver lo que es un verdadero amigo, me mostró su apoyo en momentos duros, estuvo ahí cuando muchos se fueron y aunque no siempre estuvo en momentos felices en los difíciles nunca me falto y llegaba sin que yo sé lo pidiera, pues tenía un don para saber volver en el momento exacto y que con una mirada adivinaba todo.
Realmente aún no encuentro las palabras adecuadas para terminar de describirlo pero era como un diamante ...
Esa fue mi respuesta a las dos preguntas, pues hizo miles de cosas buenas por mí que ni un millón de malas me hubieran hecho dejarlo, no me hubiese alejado de no ser por qué él me lo pidió.
