Parque de diversiones (2/3)

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Me quedo en shock al leer el mensaje.

¿Está aquí?

Mejor dicho, ¿cómo sabe que yo estoy aquí?

O sea, lo único que hice fue poner en Snapchat Lista pero no dije a dónde iba...

Busca con la mirada a alguien que conozca, sé que es inútil considerando que hay demasiadas personas, pero igual lo hago.

Sólo encuentro al chico raro del metro , mi profesor de literatura con sus hijas y a Tom quien va con su enamorada.

Obviamente ninguno de ellos puede ser.

—¡Jaz!— salgo de mi trabajo y me encuentro con Cristina e Ethan parados al frente mío— ¿Qué haces?

Guardo mi celular.

—Nada... ¿Ahora a dónde vamos?

—Estaba pensando en ir a la casa del terror, no tienen miedo ¿no?— pregunta Cris.

—Nooo, ¿cómo crees?— respondemos Ethan y yo al mismo tiempo.

—Bueno, entonces vamos.

(...)

No tengo miedo, no tengo miedo, no tengo...

—¡AH MADRE SANTA ! — grito con todas mis fuerzas al ver esa estatua.

Sí, sé que no existe el jinete sin cabeza, pero parece muy real y la máscara de la sonrisa perversa pegada a la pared aterroriza a cualquiera.

—¿Ya nos podemos ir?

—No seas una cobarde Jaz—habla Cristina y la fulminó con la mirada— recién estamos aquí 15 minutos, en media hora termina él recorrido.

Suspiro y sigo caminando.

Faltan 30 minutos. El recorrido por esta casa dura 45 minutos, lo que significa que luego de salir faltan 15 más para ir donde mi "admirador".

La cosa es... ¿voy o no voy?

Si no voy me quedaré con la duda, pero si voy tal vez sea una broma.

Mejor voy, quiero saber de una vez quién es el que me manda tantas notas.

Seguimos en la casa por el resto del recorrido. La mayor parte yo salto con las cosas que aparecen o sino Ethan se hace el que no tiene miedo cuando en realidad se nota que está temblando.

Cristina por otro lado es la más valiente del grupo, ella no se asusta, simplemente se ríe. Tiene suerte,  desde chiquita sus papás le enseñaron a ver películas de terror, por lo cual ha hecho que ella sea una persona valiente y no tenga miedo de nada.

Una vez terminado el recorrido salgo casi corriendo de esa casa.

—¡Ni más entro ahí! —señalo la casa.

—Por dos, no vuelvo a entrar.

—Son unos cobardes.—se ríe Cris— ¿ahora qué quieren hacer?

Suena mi teléfono. Mensaje nuevo.

Lo saco de mi bolsillo y noto que es nuevamente de un contacto desconocido, el mensaje dice:

"Sólo faltan 15 minutos. ¿Tú también estas nerviosa?"

Guardo el celular y me voy a otro juego.

Trato de no distraerme, pero de vez en cuando estoy que veo la hora.

Sólo faltan 2 minutos.

—Chicos—ambos se voltean a verme— Tengo que ir... al baño, vuelvo en un rato.

Asienten con la cabeza y me dirijo a donde me dijo que lo encontrara.

Me siento nerviosa y me sudan las manos. Tengo miedo de que sea solamente una broma y que en realidad a nadie le haya gustado, pero igual voy, prefiero saberlo en vez de quedarme con la duda.

Llego al punto donde me dijo que lo encuentre y me siento en una banca. Busco con la mirada a alguien, sé que dijo que no lo buscara, pero la curiosidad me mata.

" Qué linda te ves hoy. Sigue caminando de frente no te quedes en esa banca. Vas a ver un letrero, sólo sigue de frente. Ahí estoy."

Con todos los nervios del mundo hago lo que me dice y efectivamente veo un letrero, el cual dice: Tú sólo sigue caminando.

El camino me lleva a un lugar que no había visto, casi todo es césped y hay unos cuantos árboles, pero lo que me llama la atención es que hay unas luces colgadas en los árboles y varias rosas en el piso.

Hay una persona al fondo, está volteada así que sólo lo veo de espaldas. Se gira un poco y logro ver quién es.

No puede ser él.

El chico del metroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora