¡Béisbol!

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Esa mañana Ichimatsu fue despertado por un fuerte y constante ruido, se trataba ni más ni menos que el sonido de su despertador.

Abrió los ojos con mala cara y soltó un golpe a tan molesto aparato, pero sabía que eso no servía de nada. Había intentado destruirlo muchas formas antes y nunca lo había conseguido, su única opción era levantarse y apagarlo por su cuenta.

Se levantó y apagó el despertador, mirando a su alrededor con los ojos hinchados. Su cabeza no funcionaba hasta las 11:00am, pero por culpa de ese infernal aparato se había estado levantando a las 9:00am.

Después de múltiples discusiones con Atsushi (todas ellas debido a que llegaba tarde a todos los ensayos y reuniones de la mañana), ambos acordaron que Ichimatsu pondría un despertador en su habitación; pero Ichimatsu jamás se espero que le trajera aquel monstruo.

Sin importar cuanto lo golpeara no se rompía y si lo llevaba a otra habitación subía el volumen del pitido paulatinamente hasta que era apagado. ESe despertador era ni más ni menos que el rey de los despertadores, ¡El despertador supremo!

Ichimatsu rasco su cabeza, andando como zombie por la casa en busca de su pequeño gato, incluso su mascota había pagado factura por el despertador y se había terminado acostumbrado a comer a las 9:00 en punto; en cuanto el reloj marcaba esa hora comenzaba a maullar por comida.

Una vez lo encontró, le sirvió su alimento, lo dejó comiendo y se dirigió a la ducha para tomar un rápido baño, eso lo ayudó a despertar un poco.

Se vistió y arregló, para después ir a la cocina por algo de desayunar.

Abrió el refrigerador y comenzó a buscar algo que fuera medianamente comestible, aunque lo único que encontró fue un frasco de mayonesa, un tomate con moho y un recipiente con los ravioles que había comprado para cenar hace 3 días. Al final se decidió por los ravioles, el tomate con moho no se veía muy apetecible.

Calentó los ravioles en el microondas y se preparó un té caliente, una vez estuvo todo listo se fue directo a su sofá para desayunar, ya era algo tarde, pero no quería darse prisa... casi podía asegurar que el ensayo de las 11 sería retrasado. Seguramente el estúpido de su hermano estaba con resaca en su cama, estaba seguro de que no llegaría al ensayo de la mañana, tal y como era su costumbre.

Se levantó con pereza para ir en busca de su celular, seguramente si el ensayo se había retrasado Atsushi ya había enviado un mensaje para avisarle a todos los integrantes.

Busco entre el desastre en su habitación y al final encontró su móvil, lo encendió y comenzó a revisar sus mensajes; tal y como había creído, Atsushi había enviado un mensaje a todos, el ensayo se posponía hasta las 12.

Ichimatsu sonrió satisfecho con la noticia, entonces una duda cruzó su cabeza, el chico doloroso de la noche anterior... ¿se había contactado con él?


Con esa pregunta en su cabeza buscó su segundo y casi inutilizado móvil, no tenía batería así que lo conecto para después encenderlo; en cuanto lo encendió su celular comenzó a vibrar insistentemente, una tras otra las notificaciones de mensajes iban apareciendo. Ichimatsu se sorprendió e incluso creyó que su celular estaba fallando, pero no se trataba de eso, eran mensajes y de un número desconocido. Una vez la vibración se detuvo entró a la bandeja de mensajes buscando el primero, lo abrió y leyó.

De : #########

***Hola, ¿Que tal my friend?, soy Karamatsu, ¿Me recuerdas?

¡Por supuesto que me recuerdas!, nos conocimos recién esta noche, espero tu respuesta.

-KaRa-
***

Ichimatsu se sintió enojado con tan sólo leer el mensaje, no podía comprender cómo un simple mensaje podía hacerlo enojar, pero era tan doloroso que era inevitable no molestarse.

Al ritmo de una canción (Osomatsu-san)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora