El ruido de alguien bajando las escaleras me sobresalta. Me levanto rápidamente del sillón, un poco avergonzada de haber reído tan fuerte y acomodo mi ropa.

Con suerte mi risa no salió como la risa de una hiena.

Dios, espero que no.

Sebastián me había hablado sobre la señora Carmen pero hasta ahora no la había conocido personalmente porque estaba de vacaciones.

Vuelvo mi mirada hacia ella y sonrio. Sé que ella cuidó de él incluso antes de que su madre muriera. incluso mucho mas que su padre, a quien solo he visto en un par de ocasiones y que apenas reconoció mi existencia. Lo cual no me afectó demasiado.

Pero sé que la señora Carmen es importante para Sebastián y quiero causar una buena impresión en ella. Aunque tal vez acabo de arruinarlo al aparecer aquí sin decirle a nadie. Maldición.

— Esta bien Carmen. Te acompaño a la salida — Sebastián me mira a mí y luego sonríe hacia ella— Pero antes de que te vayas quiero presentarte a mi Julieta.

— Soy Julie — Corrijo dándole la mano a la señora Carmen. Ella luce fresca y joven usando una camisa de mangas cortas de color vino, junto con unos pantalones de tela del mismo color y botas negras. Su cabello rojizo se mueve mientras agita mi mano con una sonrisa en su rostro.

Sebastián le guiña un ojo — Si, soy el único que tiene permitido llamarla por su nombre completo.

La señora Carmen sonríe — Me alegro de conocerte al fin Julie, Sebastián no para de hablar de ti. A ver, déjame mirarte — Ella toma mis manos en las suyas para mirarme de cerca y mi corazón empieza a latir como loco por su inspección — Vaya, eres hermosa. ¿Estas segura de que quieres salir con él? — Me pregunta guiñándome un ojo.

Parpadeo varias veces por la conmoción, pero Sebastián pasa un brazo por mi cintura y me acerca hacia él — Oye, esto es un poco insultante — Se queja — Soy condenadamente guapo también.

La señora Carmen deja escapar una carcajada y a continuación rueda los ojos — Sabia que dirías algo así.

— Porque es la verdad — Dice él con una sonrisa ladeada.

Ella bufa dejando ir mis manos — No, porque te conozco desde antes de que empezaras a ir al baño solo.

Ambas nos echamos a reír a la vez y tengo que respirar hondo para poder detener mi risa.

— Nada mejor que matar la pasión con una historia de cuando era pequeño — Rezonga él haciéndonos sonreír aun mas.

Sebastián carraspea hasta que dejamos de reír y suelta mi cintura para poner un brazo encima de los hombros de la señora Carmen — De acuerdo, suficiente de avergonzarme. Creí que estabas apurada.

Ella le da un sonoro beso en su mejilla y luego limpia con su pulgar la mancha que dejó su lápiz labial — Está bien, está bien, ya me voy. Pero promete que me llamaran si necesitan algo.

Los inspecciono de cerca y espero que no lo noten. Ella me recuerda tanto a una madre que no puedo evitar sonreír cuando los veo interactuando de esa manera.

— Lo prometo, Rose y yo solo veremos una película o algo.

— ¿Rose? — Ella lo mira confundida.

Ruedo mis ojos hacia él — No le haga caso, le encanta llamarme por mi apellido también.

Ella me sonríe y me da un beso en la mejilla mientras toma su bolso del sillón y camina hacia la puerta.

— Julieta Rose — Dice probando las palabras en su boca — Muy poético.

— Si — Me rio — Mi mamá pensó lo mismo.

Me sonríe y la acompañamos hasta que se sube al taxi para irse. Una vez que desaparece de nuestra vista Sebastián me atrae a su lado y se inclina hasta estar a la altura de mi oído — Al fin solos.

Le pego en el hombro, sonriendo — Cállate.

Se ríe en mi pelo y luego se inclina para besarme.

Me pongo de puntitas para poder alcanzar bien su boca. He extrañado sus labios. Habría estado aferrada a él y sus suaves labios todo el día, pero él se aleja de mi boca y me sonríe.

—Será mejor que entremos antes de hagamos un escena aquí.

Suspiro con mis labios aun cosquilleando después de su beso y asiento. Caminamos dentro de la mano — lo que se ha convertido en algo tan común para mi que ya ni siquiera pienso en eso — y lo sigo cuando empieza a subir las escaleras.

No pregunto adonde vamos hasta que noto que estamos caminando directamente a una puerta. Una puerta que recuerdo bien, desde que habíamos venido aquí mismo cuando quise curar su herida de bala y en la que no hemos estado desde entonces. Me estremezco y no sé si es por el recuerdo o por otra razón muy diferente.

Tomo un montón de aire por mi boca intentando no hiperventilar — ¿Dónde vamos?

— A mi habitación — Dice animadamente.

Me detengo frente a su puerta y mi respiración se acelera — Sebastián, no creo que...

Se pone frente a mi con una sonrisa esplendida en la cara — Rose, no sabia que tenias una mente tan sucia.

Ruedo los ojos y él se abraza a mi — Iba a ducharme antes de que llegaras y pensé que podías esperarme aquí mientras lo hago extra rápido.

— Está bien — Asiento, aunque mi corazón aun se esta volviendo un poco loco. Un poco mucho. En realidad, creo que está apunto de explotar.

Él de verdad cumple su palabra y se ducha extra rápido. Aun estoy cambiando de canal rápidamente en su televisión intentando mantenerme ocupada para no perder la cabeza y empezar a revisar sus cosas como una novia sicópata, cuando él aparece por la puerta con un pantalón holgado y una polera en V gris que le queda a la perfección. Intento no babear mientras se sienta a mi lado y toma el control de mi mano para que deje de atacarlo con mis dedos.

— ¿Qué pasa?

Mis manos tiemblan cuando él las toma en las suyas. No he parado de pensar desde que entramos a su habitación y si no digo esto probablemente se ulcerará dentro de mi. Toda esta conversación con mi madre realmente se metió dentro de mi cabeza.

— Entonces, tu no quieres... — Empiezo a susurrar bajando la mirada.

Él se acerca aun mas a mi, nuestras piernas chocando contra la del otro y acaricia un lado de mi mejilla con su otra mano para que lo mire — No se trata de eso — Dice él adivinando completamente lo que quería decir sin que hubiera terminado mis palabras. Gracias a Dios.

— ¿Entonces de qué? — Vuelvo a susurrar.

— Esto es algo importante — Dice seriamente— Y yo solo soy tu primer novio, no quiero que hagamos algo en el calor del momento y luego te arrepientas de ello.

Me quedo pensando en eso. Tiene razón, supongo que aun es demasiado luego. Solo llevamos un par de meses juntos. Tal vez ahora no es el momento, pero mas adelante, yo quiero que él sea esa persona para mi. No me imagino compartiendo esa clase de intimidad con nadie mas que con él.

Asiento mientras pienso en eso y observo un destello extraño cruzar su rostro. Y es solo entonces que me doy cuenta de que acabo de confirmar para él que no es nada mas que un primer novio para mi.

Cuando quiero alcanzarlo para decirle que eso no es cierto, él ya está de pie diciendo por encima del hombro que va a ir a buscar algo de comer a la cocina. Y yo me quedo allí sentada, arrepintiéndome de no haber dicho nada.

¿Solo un rumor? - #3 ¿Solo un beso?Onde histórias criam vida. Descubra agora